lunes, 30 de abril de 2007

El hombre que nunca existió

En breve tengo examen parcial de Medicina Legal, así que os traigo una curiosidad del temario. Se trata de conocer cómo el hecho de que los forenses alemanes no pudieran distinguir entre una muerte por algún proceso pulmonar al uso y una muerte por sumersión trajo consecuencias fundamentales en el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial. Echadle un vistazo mientras me recreo en los capítulos más áridos de la asignatura: http://us.geocities.com/manwhoneverwas/

sábado, 28 de abril de 2007

Las manos del alfarero














Esta mañana amanecí leyendo a Xabier Pikaza. Raúl me quería animar el día desencadenando un jugoso debate, pero esta vez me agradó lo que leí sobre la primacía de Pedro y el pastor-amante frente al pastor-autoridad. Continué la jornada en una planta de hospital, con lo que ello significa. La proseguí escuchando, mientras comía, el testimonio de un sacerdote salmantino que estuvo en el Paraguay, José Isidro Salgado: un cura díscolo de esos que molestaban a cierto tipo de obispos. Conocí después que van a ser beatificados quinientos mártires de la Guerra Civil Española. Y hace un rato terminé el viernes juntando esto y mucho más en amena divergencia con Rafa y sus catequesis de domingo, con Raúl y sus siembras en tierras donde creció presta la mala hierba, con Inma ausente siempre presente. Nos definía Raúl la Teología como ese llenarse de agua la vasija de barro, que apenas sí conoce al alfarero por el roce de sus dedos. Por la Fe le conoce y le reconoce. Por la caricia del artesano que repite su costumbre creadora y el genio del artista que hace nuevas todas las cosas. Empezamos discrepando al opinar de la Iglesia y acabamos coincidiendo al confesar a Dios. Como siempre. El pan nuestro de cada noche. Las manos suyas de cada vasija, que tienen que llenarse del agua de la libertad porque así nos ha querido. Serán arcilla, mas tendrá sentido. Barro serán, mas barro enamorado.

miércoles, 25 de abril de 2007

O povo é quem mais ordena

00:20 horas del 25 de abril de 1974. En el programa "Límite" de Radio Renascença se escucha la voz de José Afonso. Es la señal. Va a estallar la Revolución de los Claveles.

Em cada esquina um amigo.
Em cada rosto igualdade.
Grândola, vila morena,
terra da fraternidade.

http://www.youtube.com/watch?v=z_H1pYcI_l0

martes, 24 de abril de 2007

Quirófano
















Esta misma mañana he vivido mi última incursión/excursión al quirófano, lo cual para un encaminado hacia la medicina general no es ninguna tragedia, sino todo lo contrario. Un by pass aorto coronario, con el corazón paradito y la circulación extracorpórea, ha sido el culmen espectacular de tantas andanzas en dichos recintos, allí "donde se muestra lo realizado con las manos". La etimología, como siempre, refleja muy adecuadamente la realidad. La que me ha tocado vivir. Todo comenzó en noviembre, años ha, cuando la rotación práctica de Fundamentos de Cirugía me dejó una tarde en compañía de un residente tan intrépido como altanero. Ya un poco aburridos por los arduos temarios de bioquímica, bioestadística, micro... y hartos de las cansinas prácticas de anatomía, Felipe nos devolvió a los orígenes vocacionales: le perseguimos corriendo por el hospital (esto ya es algo a lo que te acostumbras después), auscultamos, palpamos, preguntamos, discrepamos, intentamos hacernos entender con aquel transeúnte alemán que hubo que abrir en canal (destilaba aromas tuberculosos su absceso)... y hasta sufrimos con él en una larga conversación telefónica con la novia, que debía reprocharle tantas guardias seguidas. Pero se le notaba contento, y nos "transfundió" ganas de ser médicos. Recuerdo que aquella tarde no miramos el reloj, y varios casos después, salí del Clínico cerca de la medianoche. Pero claro, no es lo mismo una guardia, con pacientes por diagnosticar, que una mañana en quirófano, con pacientes dormidos. La visita por la planta y la consulta han sido mi tónica habitual en las prácticas; las horas de quirófano, un trámite que cumplir. Y dentro de lo que cabe, algo habré aprendido. Por ejemplo, a atisbar el campo quirúrgico aunque me encontrase a varios metros de él, con una enfermera veterana rezongando, un orondo anestesista resolviendo el sudoku del periódico, un carrito de instrumental atravesado, un celador haciendo gracietas, un R1 de Anestesia impartiendo una clase magistral de farmacocinética (evidentemente no licenciado por Salamanca)... Aprendí a estorbar lo menos posible, a soportar el olor de la hemostasia, a encontrar pijamas en los vestuarios. Descubrí cómo debe ser el alcantarillado público al lado de los vasculares o qué minuciosidad pueden alcanzar los dedos humanos junto a los oftalmólogos. Me empapé del saber de los viejos rockeros de Gine u Otorrino y del descaro de los JASP de Torácica o Cardíaca. Escuché los mejores chistes de mi vida bebiendo los peores cafés.

P.D.: Si algún guionista falto de ideas de estas series que tanto abundan últimamente viene a parar por estos lares y le inspiran alguna trama, absténgase de citar la procedencia. Secreto profesional.

sábado, 21 de abril de 2007

Las tazas de la amistad

Todos los caminos de una noche que nació a media tarde nos llevaban, otra vez, al sofá de las tertulias a cubierto, solemnizadas con el ritual del Cola Cao, "desayuno o merienda ideal"... y no digamos como menú de madrugada entre amigos, como postre de largas horas tan cortas, estiradas hasta el bostezo, hasta la carcajada, hasta la sucesión de las historias de siempre contadas como nunca y servidas en las tazas de la amistad.

domingo, 15 de abril de 2007

Alma de cántaro

Tatiiirori, tatiiirori... Anoche pesaba poco el paso en la Cerrada del Corrillo, callejón sin salida donde sólo se oía una orden: "¡Trata de picarlo!". Era el final de una noche de tornapascua, de recuerdos frescos, evocando esa hora histórica del Viernes Santo en que la tapia del Campo de San Francisco y la cuesta de Moneo fueron testigos de algo que ya casi habían olvidado: las carrozas de "culo colorao" y "boca ratonera" sobre los hombros de los cofrades. Y qué cofrades. Tanto va el cántaro a la fuente, que acaba bebiéndose la noche entera. El alma en cada sorbo.

martes, 10 de abril de 2007

Mare nostrum

Esta primavera no hay mares que surcar, no hay días que exprimir ni puertos donde anclar. No quedan amaneceres que aguardar a medio camino entre África y Europa, entre La Goulette y Barcelona. No quedan frases por anotar, ni gracias por recordar, ni fotos por tomar. Todo en la memoria. Las perfectas dimensiones del David, las lúgubres Catacumbas encharcadas de martirio, la serenidad de las estancias cubiertas de lava en Pompeya, inmortalizadas por el Vesubio... Ecos de otra época: Roma, Nápoles, Cartago. El Mediterráneo acunando un viaje con sabor a despedida.

domingo, 8 de abril de 2007

Vino nuevo















Vino nuevo, vino renacido,

vino eterno sobre racimos
tiernos en cruz benditos.

Vino incendiando la noche
con el fuego de su cirio,
vino empapándolo todo
con el agua del bautismo.

Vino para quedarse.
Con nosotros vino.

miércoles, 4 de abril de 2007

Odres nuevos

¿Es tuya la túnica
que agarras,

o... es la mía, que has tejido
con tu sangre en la rueca
de la columna blanca?

¿Son tus alas santas
en mi cuerpo inmóvil
las que me regalas?

¿Es un alma limpia
para un sueño viejo,
para un sucio suelo
que se torna en Cielo
cuando Tú me arropas
con tus enseñanzas?

Es Pascua.

martes, 3 de abril de 2007

Silencio

Cuando esta noche me ponga en la acera para seguir la procesión de la Universitaria quizá cruzaré la mirada con unos hermosos ojos que no reconoceré, y escucharé las pisadas de quien algún día caminó conmigo, y sentiré cómo abrazan la cruz unas manos que apenas tomé. Cuando esta noche me acerque a esperar el paso de Los Estudiantes, volveré a recordar algunas primaveras, y a olvidar otras. Retumbarán en mi cabeza su estruendoso silencio y el rumor de una fuente casi seca. Soportarán mis hombros el peso de la cruz del momento inoportuno y de los caminos diversos. Prometeré una vez más callarme y hacerme escuchar en nuevos tiempos, en otros lugares. Me pondré en la acera a la Luz del Cristo, silenciándome, descubriéndome...

lunes, 2 de abril de 2007

Veneremur cernui

No hacemos sino mirar al cielo pidiendo tregua de nubes y agua para el Cristo de los Doctrinos y la Virgen de la Amargura. Para nosotros, caminantes azules de la noche negra y la luna blanca, de la Capilla a la Catedral, y desde allí por angostas callejuelas hasta nuestra casa del Campo de San Francisco. Para arrodillarnos y presentar los tropiezos y las dudas en su mesa cálida y clemente. Para repetir viejos ritos siempre nuevos, porque Él hace nuevas todas las cosas.