jueves, 26 de junio de 2008

De año y vez

La otra noche, después de la ruta de pinchos con varios de mis nuevos compañeros, que concluyó en la Plaza del Fresco, mientras la lluvia se invitaba a la verbena, quise acercarme a la hoguera de San Juan prendida al lado del centro de salud. Me había invitado el bueno de Alberto. Ardía con ganas ante la vista de pandillas que terminaban el curso, de parejas jóvenes, de abuelitas y padres con hijos. Volvía a casa contento, por las nuevas compañías, por el fuego que desafiaba al agua y hacía borrón y cuenta nueva en esta ciudad nueva para mí. Un fuego nuevo, otro pero el mismo, me sorprendió al llegar, en este descampado a los pies del viejo matadero. De par en par mis ventanas me trajeron el aire vivo de la noche y los sones de quienes permanecían junto a la hoguera, danzando algunos, correteando los niños, disfrutando todos. Trasnocharon mientras yo dormía a duras penas, en pugna con el calor vencedor de la tormenta. El fuego desde mi ventana. Un fuego nuevo y hermoso. Supe entonces que aquí pondré nombre a muchos días, pues ya asocié fecha y hecho. Cada año recordaré que cuando el 23 de junio torne a 24 será noche de San Juan y en Zamora se prenderán fuegos. El de Santa Elena, el de mi casa, seguramente varios más en otros lugares de la ciudad. Fecha y hecho, binomio que traza tradiciones y nombres para los días. Supe por el fuego que estaba en casa. Y cada año, por estas fechas, sabré que estoy en lo cierto. Podré cerciorarme contemplando el fuego vecino, asomándome a la verbena de las fiestas, refrescándome en la piscina de los unísonos y las sonrisas, recibiendo a los amigos azules... De año y vez, en pie de paz, por San Juan, al pie de las hogueras.

martes, 24 de junio de 2008

En pie de paz

Dios Padre de todos, abre los corazones de tus hijos, para que en este día que conmemoramos al Precursor de tu Hijo Unigénito, San Juan Bautista, abundemos en amor al prójimo y en buenas obras que nos sirvan de penitencia, tal como anunciaba Juan, apreciada por ti. Y así sepamos salir al encuentro de Cristo, presente en todos los que sufren (Oración colecta de la Misa de la Natividad de San Juan Bautista).

¡Qué hermosos son los pies del que anuncia la buena noticia de Jesús! Los del Bautista evocan los senderos allanados del Adviento, las aguas santas del Jordán, la sangre derramada del profeta y mártir. Pies hermosos que hallaron el suelo cuando bajamos a Juan y al Cordero y los llevamos de su hornacina, para que siguieran su anuncio de la buena noticia de la Cruz. Un anuncio convincente y muchas huellas para tomar un camino que no tiene pérdida porque siempre el Buen Pastor toma el camino de los perdidos para reencontrarles, para reencontrarnos.

Pies hermosos que dejan huella sobre el universo entero, que se admiran del continuo retorno de las estaciones y contemplan con valentía y confianza el horizonte. Pies descalzos. Pies sufridos. Pies alegres. Pies de Juan que anuncian al hombre el Camino, la Verdad y la Vida.

domingo, 22 de junio de 2008

Las afonías son para el verano

Como a estas alturas del fin de semana ya no me queda voz, vengo a dejar por escrito la causa de mi afonía. Causa de fuerza mayor, porque no todas las noches se rompen maleficios, y no todos los veranos comienzan con un concierto de claxonazos, que van y vienen por las avenidas, pregonando la victoria de España. Una victoria parcial que llega cuando nunca llegaba: en el fatídico partido de cuartos de final, ante la rocosa y temible Italia, por lanzamientos de penalty. No. Así nunca empezaban mis veranos: siempre perdía la voz pero nunca tenía una semifinal donde volver a perderla. El jueves quiero celebrar nuevamente mi afonía... y seguir conservando las uñas sanas y salvas, con lo que me ha costado sanarlas y salvarlas.

Es afonía de victoria, de hoguera donde arden las derrotas eternas, de primeras luces del verano, cuando la noche es tan corta que uno se alarga hasta el amanecer y se encuentra con esas luces tan cálidas por primerizas, tan hermosas por anheladas. Noches de amigos recobrados, de almas de cántaro alrededor de la mesa, de humos y sudores. Días que traen metraje de años, cuando el blanco y el negro hacen juego con el verde de las arboledas cómplices, y las horas se paladean en horizontal, recuperando a duras penas la voz para poder perderla entera. La voz ahogada en el calor de un verano que empieza con verbena de San Juan antes de tiempo. Fiesta. Que el ritmo no pare.

jueves, 19 de junio de 2008

No sin mis libros

Artículos de primera necesidad, veamos: el pan, el agua, el cepillo de dientes... ¡y los libros! ¿Qué es una casa sin libros? Un jardín sin flores, un río sin peces, un domingo sin fútbol. Sin libros le falta cuerpo y carece de alma. Sin libros no puede abanicar sus paredes con el aire fresco del mundo exterior. Sin libros no sabe nada de nada y no sabe a nada de nada. Sin libros están mudas y desnudas sus estanterías, sordos y ciegos sus moradores. Sin libros no es hogar ni nada que se le asemeje. Así que ya me acompañan algunos en esta casa zamorana. Pronto lo harán más: algunos que aún descansan en la salmantina, otros que un día dejaron su lugar y ahora lo recobrarán con creces, varios que iré dando la bienvenida a mi biblioteca como queridos inquilinos. Mientras escribo, unos cuentos volúmenes a mi espalda, sobre la cama: manuales de Urgencias o para manejo de pacientes en Atención Primaria; en la mesa, el célebre Martín Zurro y el manoseado Jiménez de anamnesis y exploración. Pronto acompañarán a los médicos de uso diario otros de más esporádica visita, como el Laín de Historia o esos ensayos deliciosos de Marañón. Todos a la espera de acomodamiento más o menos definitivo. Los de Medicina, casi todos en esta luminosa habitación azul. Al no menos luminoso salón mandaré compañeros para la Biblia que vino conmigo en el primer viaje. Ya están con ella la serie de doce tomos de la Segunda Guerra Mundial, mi favorita, el Jesús de Nazaret de Benedicto XVI que aspiro a leer pronto, y dos regalos recientes de dos personas muy queridas: el Diccionario Cofradiero de Carrero y El médico de Toledo de Matt Cohen. Pocos todavía, así que aguardaré refuerzos. Mientras tanto, dejo de escribir, que en esta casa además de libros hay fregona y similares artículos de segunda necesidad. Seguro que Borges leyó muchísimo pero no sé si le tocó limpiar los suelos.

martes, 17 de junio de 2008

Veinticuatro horas

O lo que viene a ser lo mismo, todo un día sin asomarme al mundo real: Urgencias no deja de ser una versión aproximada que lo refleja y le pone paréntesis de duración indefinida. Según haya o no haya boxes libres, según tarden en extraer y analizar sangres y orinas, según la radiación con que quiera obsequiarse al multirradiado paciente. Para él, quién sabe cuánto tiempo. Para mí, o diecisiete o veinticuatro horas. Llevo aún en el cuerpo, bien reciente, la primera ración de esta última vianda, resultado de sumar la rotación de ayer por la mañana y la guardia de ¿ayer, hoy?: total, veinticuatro horas en Urgencias, y sin sueño de momento (hasta que logre encamarme, claro). Veinticuatro horas que acumulan mareos, dolores torácicos, accidentes cerebro-vasculares, cólicos nefríticos, sensaciones tan extrañas que jamás imaginaste pudieran experimentarse y que el paciente relata con toda naturalidad. Nonagenarias casi centenarias que ya dejaron de hablar. Marroquíes esposados que se ven desnudos y rodeados de mujeres. Frecuentadores del servicio, familiares que atosigan, residentes y adjuntos, internistas de blanco y cirujanos de verde, Medicina de la buena y de la mala. ¿Por qué no nos vamos todos un rato al cine con el matrimonio colapsador de las Urgencias del amigo Forges? Yo quiero ver una película de esas que te dejan dormido, que veinticuatro son muchas horas.

sábado, 14 de junio de 2008

El gol de Cardeñosa

El otro día conocí por el recomendabilísimo blog de Vitote, "Venía a prácticas", esta canción que llega a identificar al protagonista con uno de esos momentos históricos de la Selección Española, capaz de alcanzar cotas épico-trágicas sin parangón, verbigracia el gol de Cardeñosa, primo hermano del codazo de Tassotti o la cantada de Arconada.

Según suena "El Gol de Cardeñosa" hago tiempo hasta el partido España-Suecia, segundo que jugaremos en la primera fase de la Eurocopa de Naciones (que en esta ocasión, parece, superaremos, tras el chasco de hace cuatro años en Portugal). Para mí va a ser el primero, porque el debut ante Rusia me pilló en Urgencias del Virgen de la Concha y no tuvimos noticia de lo ocurrido en Innsbruck hasta que nos honró con su presencia un aguerrido hincha, treintañero ya, luciendo en la cara los colores rojo y gualda. Las pinturas de partido se confundían con la sangre de una herida que requirió sutura: de la emoción se nos había escalabrado el buen hombre. Cosas que pasan en este país cada mes de junio, los años pares, desde tiempo inmemorial. Heridas de efímera alegría, de victorias parciales que sólo se confirmaron el 21 de junio de 1964 en Chamartín, cuando el gol de Marcelino a la URSS (gol de los tiempos del No-Do cuya curiosa historia ha sido recientemente aclarada y merece la pena conocer: http://www.youtube.com/watch?v=-Ja5xFcGEUs). Desde entonces, un cargamento de cicatrices sin triunfos con que aliviar el dolor.

Y este año... ¿Podemos? ¿Podremos? Quiebro tu cintura y allá voy, pero me paro en cada cosa: siempre fallo la ocasión, yo soy el gol de Cardeñosa. Es hora ya de despojarnos de mitos y tópicos derrotistas, aunque a los atléticos no dejan de seducirnos: tenemos una Selección demasiado "colchonera", y es que, aun no aportando esta vez ningún seleccionado, Luis lo impregna todo. Pero podemos. Podremos volver a ilusionarnos como Carlos y yo hace unas horas, cuando pusimos la bandera en el balcón, como cada día de partido. Podremos hacer cábalas: venciendo a Suecia, primeros de grupo, pasa Rumanía y la eliminamos, luego con Holanda es un cruce de golpes y Portugal, en la final de Viena, es asequible también. ¡Campeones! Si una noche necesitábamos ganar por once y metimos doce, ¿no vamos a poder ahora? La duda ofende, y tiempo habrá para caernos de la luna de junio, inmensa luna de largos días de partido. O de días cortos, cuando Cardeñosa "marcó" su gol en el invierno del estadio de Mar del Plata. Era junio del 78. Quizá ya había nacido el primer herido de la Eurocopa, que se pintó la cara con los colores del equipo de todos y saltó tanto que acabó en el hospital. Diagnóstico: cardeñositis. Tratamiento: unos puntos de sutura, tres por partido, de aquí hasta la final. Claro que podrá.

jueves, 12 de junio de 2008

Concordia nutrit amorem

Escribir esta primera entrada desde mi casa zamorana y hacerlo en un día tan salmantino como hoy, me remite a Fray Juan de Sahagún, patrono de la ciudad que me vio nacer y de toda la Iglesia que en su diócesis peregrina. Es fiesta pero yo trabajaré dentro de unas horas. Madrugaré para acercarme al centro de salud y ver gargantas irritadas, edemas que dejan fóvea, contracturas musculares, analíticas colmadas de asteriscos, miserias humanas, agradecidas recuperaciones... No podré ir a la Misa Pontifical, ni pasear por las calles en feria, ni recorrer los lugares más allegados al patrono y sus milagros. Será una fiesta distinta, porque será Salamanca quien venga a estar conmigo. Y aunque falte a la Eucaristía en su honor y no transite por donde pasó haciendo la Paz y el Bien, pediré al Apóstol salmantino por la concordia que alimenta el amor. Le rogaré que nos alumbre ese pozo con fondo del que sacar a relucir tanto como nos une. Le pediré también para que amanse las fieras de los enfrentamientos y las vehemencias. Le digo ahora, en fin, al Santo Juan que le celebraré desde esta vecina Zamora, al cabo de camino a su Sahagún natal, pues entre "exiliados" nos entendemos. Como él, agustino, supo hacer entender que la concordia fraterna construye las ciudades humanas hacia la Ciudad de Dios.

viernes, 6 de junio de 2008

Residentes, como en Familia

El de Parada del Molino es un centro de salud vetusto, que resulta pequeño desde hace tiempo pese a la ampliación. De hecho, la otra mañana nos quedamos sin agua porque empezaron las calicatas para la construcción de un nuevo edificio y los operarios dieron con una tubería a la primera: ¡eso es puntería española para alargar el receso del bocadillo!

La de Pedro es una consulta pequeña, acogedora, donde se habla de enfermedad y se escucha de soledad, donde se palpan tripas y se tocan fibras, donde no sólo se explora el fondo de ojo sino que también se mira a los ojos. La lista no es un amasijo de nombres, nadie es el "Dolor torácico del 4A" ni la "Cefalea del 11", sino que son Tránsito, Marcelino, Alba, Iván...

En la consulta del médico general la radiografía de tórax se sabe interpretar, pero sobre todo se sabe pedir. Las cifras de c-LDL importan, pero no son dogma de fe. Los complejos QRS son algo más que una excusa para dar el alta o pedir el ingreso.

Algo así compartimos quienes hemos comenzado en estos días la residencia de Medicina Familiar y Comunitaria, o quienes lo hicieron hace un año y ahora nos sentimos "Residentes, como en Familia". Creía que me gustaba la Medicina, pero después de esta primera semana en el Parada del Molino, en la consulta de Pedro, tras la primera guardia en el Santa Elena y la segunda en las Urgencias del Virgen de la Concha, sé que me gusta verdaderamente. Es un consuelo y un estímulo. Como los que estarán sintiendo mis compañeros, todavía silenciosos en ese otro blanco cuaderno de residentes que espero pronto vayan llenando de pequeñas grandes historias, las suyas, las que a diario ocurren en tantos consultorios, los suyos. Siempre en familia.

domingo, 1 de junio de 2008

En capilla

En apenas catorce horas traspasaré el umbral del consultorio de Parada del Molino, cerca de mi casa de Zamora, ésa en la que aún no cuento con internet para contaros mis peripecias de lunes a viernes. Y creedme: ¡se os echa de menos! Por esto, antes de emprender camino tras apurar la tarde del domingo en Salamanca, quería saludar. Sólo un saludo en capilla, de bata del Sacyl tras el primer lavado para quitarle el apresto, blanca que te quiero blanca, de fonendo a punto y ganas de empezar a ser médico. Un saludo en capilla para inaugurar este junio tan novedoso con vosotros. Seguiremos informando.