viernes, 27 de febrero de 2009

Primer viernes: Luz y Vida

No sé si ya es primavera en El Corte Inglés, pero sí sé que ya es Cuaresma en Canal Sur Radio, COPE Zamora y todas las ajetreadas agendas del semanasantero de "a pie" o de "a paso". Este primer viernes lo acojo con el sabor reciente del Triduo a Jesús Luz y Vida en la Capilla del Cardenal: los preparativos de Alberto, la primera Misa que veo presidir a mi viejo conocido Javier Fresno, el paseo y la tertulia posteriores, la incorporación de Víctor, las llamadas desde Salamanca, donde se libran otras contiendas cofradieras... El sabor de Luz y Vida es el de este primer viernes de la silenciosa Cuaresma: no es noticia, cuarenta días son muchos para serlo, vende menos la ceniza del miércoles que el disfraz del martes y ya no quedan sardinas por enterrar. Luz y Vida son la estación última de este viaje, travesía por un desierto que, paradojas nuestras, llenamos de actos, juntas, cultos, conciertos, presentaciones, pregones, montajes, ensayos, reuniones, excusas, olvidos, cabreos... Luz y Vida son aquello que se encuentra más allá si se ha buscado bien, que siempre está a la espera y a menudo hacemos esperar. Luz y Vida es la mano abierta de un viernes primero, viernes de cuenta atrás que nos abre la puerta. Y la séptima puerta será Viernes Santo. Y siempre la hallaremos abierta. Y siempre podremos entrar. Luz y Vida.

domingo, 22 de febrero de 2009

Veintitrés Efe

Llegadas estas fechas es recurrente el comentario-recordatorio del fallido golpe de estado del 23 de febrero de 1981, e incluso más este año, que hasta las televisiones lo han convertido en argumento de algún serial. El hecho histórico se asocia a la imagen del teniente coronel Tejero, pistola en mano, ocupando la tribuna del orador en el Congreso de los Diputados. La televisión y la radio llevaron a los hogares lo sucedido en la Carrera de San Jerónimo, que no podía sino desconcertar, asustar, aterrar. Sin embargo, siempre me he preguntado qué debieron sentir los conductores valencianos cuando, volviendo a casa, se encontraron por el camino con una columna de carros de combate como los que, pocos meses atrás, ocupaba mi padre en el Lusitania 8 de Bétera. A alguien se le ocurrió que había que desacuartelarlos, ponerlos en ruta y avanzar sobre la ciudad del Turia, respetando el carril-bus pero no la imperfecta pero anhelada y merecida democracia. "¡Quieto todo el mundo!" mientras se mueven los tanques. Toque de queda y unas horas de negra noche, que pudieron cambiarnos la vida a los que aún no habíamos nacido. Menos mal.

viernes, 20 de febrero de 2009

¿Quién me presta una escalera...?

Fueron y pronto van a ser. Son los días del gozo, pese a todo. Ese todo, esta noche, son los ecos de otro Pleno de la salmantina Junta de Cofradías en el que la Vera Cruz dice, propone, pide... y esto provoca extrañeza, incomodidad, exaltación. Esta noche no estuve, me lo han contado. Quizá a alguien moleste que escriba sobre el tema, que desvele desencuentros, pero son tan notorios que ignorarlos es lo verdaderamente molesto. Quizá moleste a alguien que crea que el "ordeno y mando" sigue valiendo, que confunda tradición con desidia o que pretenda apabullar con parrafadas vacías. Es posible. El motivo de la discordia sigue siendo el Descendimiento, que aún no sabemos si este Viernes Santo seguirá en casa, su casa, del Campo San Francisco. Parece que una próxima reunión entre las partes podrá aclararlo: otra vez con el Viernes Santo a la vuelta de la esquina, ¡qué seriedad! Vuelvo a enlazar el proyecto de la Vera Cruz, ninguneado como tantas otras propuestas. A menudo pienso que son papel mojado, empapado por el agua de la desconfianza de quien lo recibe. De "prepotentes" nos acusan, por proponer. Por dar la nota, imagino. Por no pasar desapercibidos. Caeríamos mejor acatando sus gustos, pero como sólo acatamos lo que no hay más remedio que acatar, la Vera Cruz es un hueso duro para una Junta que prefiere roer a dialogar. Ojalá esta futura reunión cambie las tornas y las malas costumbres, sirva para limar el triste recelo que nos separa y suponga un relanzamiento de este acto tan señero, descontextualizado a fuerza de destierros. Que valgan de algo los pronunciamientos de la autoridad eclesiástica y todos los aludidos se den por aludidos. Que no vuelva a acertar en mis pesimistas pronósticos: "En 2008 el Descendimiento vuelve a casa pero me temo que en 2009 volverán con la burra al trigo. Será en febrero si no en marzo; hasta entonces, barbecho, la especialidad de la casa". Barbecho de todo un año. Y la burra, sin remedio alguno, acude de nuevo al reclamo del trigo de las vísperas de unos días que, pese a todo, son de gozo.

domingo, 15 de febrero de 2009

Técula Mécula

Técula Mécula es un binomio de esdrújulas como Mérida-Cáceres, escenarios de mi anunciado "mosqueo", que no ha podido resultar más agradable para los sentidos. La vista se ha recreado con piedras bien colocadas, firmes alturas, volúmenes precisos y preciosas formas. El oído se ha deleitado con la justa compañía de las campanas, anunciando horas que corrían demasiado veloces. El olfato ha gozado de los aromas de los brotes más tempranos y de las cocinas más sugerentes. El tacto ha aprendido a buscar encuadres y encontrar estampas, a desenrollar el plano de las nuevas calles por surcar. El gusto ha sido mimado como nunca... o como siempre: técula-mécula. Vuelven los cinco alegres y contentos. Atesoran en sí nuevos apuntes para el cuaderno de viajes, que se va llenando con la ligera carga de un conocimiento que nunca es bastante. Nunca se cesará de excavar, como hacían la otra mañana en el Teatro Romano de la vieja Emérita Augusta. Nunca se dejará de observar el misterioso vuelo de las cigüeñas, que pueblan cada rincón de cada pináculo de cada torre cacereña. Nunca se sacia uno de descubrir la historia y de dejarse deslumbrar por la belleza: a veces tan lejana en el tiempo pero siempre viva, en ocasiones tan cercana en el espacio pero a la par tan ignorada. Y de postre, técula mécula.

domingo, 8 de febrero de 2009

Delante de las cámaras

Desafío librado delante de las cámaras, como se llevaba entonces y se sigue llevando, porque lo que no se ve para muchos no existe, y no digamos lo que no se vende ni se compra. Desafío de pequeña pantalla en pantalla grande: David Frost contra Richard Nixon, el pueblo encarnado en un showman guaperas contra el dimisionario Mr. President. Una sola respuesta torpe, una sola pregunta blanda, una mirada perdida o cualquier gesto fuera del guión ponen en jaque los miles de dólares que hacen rentable el desafío y las ansias de la verdad que lo hacen creíble. Bajo una capa de maquillaje, en el claro de luz que se forma en medio de un salón, con los minutos medidos, se libra una batalla incruenta pero cruel, en la que la vanidad y la avaricia restauran constantemente el arsenal. El Cuarto Poder se atreve a poner el contrapunto al juicio que nunca se celebró, y lo hace a su manera, en su terreno, con sus tiempos contados. Señor Presidente, tengo una pregunta para usted.

viernes, 6 de febrero de 2009

Vísperas de mosqueo

Moscoso es aquel día libre que esperas con ansia y despierta la insana envidia de quienes no pueden disfrutarlo. También es este señor de la foto y de la wikipedia, importante él. Por el señor Moscoso, el día moscoso, y por el día moscoso unido a sus pares, vacaciones fuera de temporada, cuando más apetecen. Es lo bueno de no ser temporero, porque este "producto", que se siembra sin semillas y se cosecha a deshoras, poco entiende de épocas. Antes de mosquearme para bien, aún gozaré de una reunión preparatoria del Santo Entierro (¡existen!), quizá de una película en pantalla grande (¿Valkiria?, ¿Frost contra Nixon?), de más agujetas tras jugar al balón enfundado en la camiseta de los Azules, espero que del reencuentro de la Unión con la victoria, y de una guardia de lunes que si fuera como la de hace unas horas podríamos definir como una buena guardia, aunque a estas alturas del partido ya no sé muy bien dónde colocar el umbral. Para mi particular mosqueo de la semana próxima he escogido dos destinos al sur, Mérida y Cáceres, así que estoy abierto (estamos abiertos, ¿verdad, CNTRPLT?) a recomendaciones turístico-práctico-culinarias. Se gratificará.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Las pastas de la amistad

Facebook, léase feisbuc, sirve para comprobar cómo el tiempo ha sentado bien a aquella chica feúcha del colegio o cómo aquel compañero de la facultad se ha echado novia, conduce un cochazo y ya sabe operar. Amigo para feisbuc es todo aquel que un día, hace muchos años, padeció a los mismos profesores de matemáticas, o que una noche, hace unas semanas, compartió la barra del mismo bar. Eso y nada... Pero más allá de este nuevo concepto de amistad, también despierta adhesiones inquebrantables, que resisten el paso del tiempo. Hace un rato miré a la mesa del salón, las vi, y decidí hacerme fan, en la jerga "feisbuquera", de las pastitas danesas que he sacado para acompañar el café de la tarde, pues tengo visita. No sé aún si vendrá sólo Fran, o seremos más de dos alrededor de la mesa. Muchos o pocos, con qué gusto abriré la puerta de casa, abierta siempre para los amigos de verdad, que resisten el paso del tiempo, y más que resistencia es verdad y cercanía. Será tarde de tertulia, como anoche, como el sábado, como tantas veces. Cambian los menús, varían los comensales, prevalece la amistad. No hace falta mandar solicitudes, etiquetar fotos, aceptar invitaciones, agregar a grupos... Basta con saberse ahí, con sentarse a la mesa, con devorar las pastas y luego llenar la caja azul con los latidos de la amistad. Pronto sonará el tiembre, y será ella.

lunes, 2 de febrero de 2009

Se busca

En una fiesta de esas que se organizan para celebrar que te han premiado con un Goya hubo quien lo perdió. Fue a recoger el abrigo y se enteró de que "la chica del ropero le había dado la escultura a un chico con gafas". Poco le duró la plasmación física de su alegría a Albert Solé, autor del documental "Bucarest, la memoria perdida" sobre su padre Jordi Solé Tura, padre también de la Constitución. El cineasta huérfano de estatutilla aparece en la imagen tapando los ojos de Don Francisco, no creo que para privarle de la visión de los vertiginosos escotes de los suntuosos vestidos que salpicaban el patio de butacas de una gala que no vi. Se prometía austera y dicen que resultó aburrida. No me extraña que no fuera lo primero y menos me sorprende lo segundo, porque dar listas de cuatro candidatos veintiocho veces tiene un recorrido limitado para hacer de aquello todo un espectáculo, salvo que alguien opte por dar la nota o meterse con el gobierno (ahora ya no toca y se meten con el Opus Dei, qué previsible guión). Al final de la gran noche del cine español, nos quedan las poses de las divas locales sobre la alfombra verde, muy guapas casi todas, y el tema de conversación entre la sesión clínica y el pase de visita en mi primer día en Cardiología: los Goya fueron la excusa, porque al minuto ya hablábamos de Valkiria, Revolutionary Road o El intercambio. Lástima que este año ningún título español me arrastre a las salas. Por último, debo aclarar que no soy yo el "chico de gafas" en cuestión. Yo estaba en otra fiesta.
Apostilla (4-Feb-09, 01:18) ¿Fin de la historia? Parece que sí, a no ser que sea otra como la de Wyoming: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/02/02/cultura/1233610201.html. Definitivamente, Spain is different.