lunes, 30 de noviembre de 2009

Córdoba

Lo cierto es que a los cuatro primeros no les entendíamos mucho: ni al camarero y la camarera que no dejaban de reirse en el restaurante de la estación, ni al conductor del autobus urbano, ni al espontáneo que nos preguntó si teníamos ya alojamiento y nos aconsejó madrugar para visitar la Mezquita sin pasar por caja. El quinto, que fue el recepcionista del hotel, ya era del todo inteligible, y después Córdoba se expresó de forma elocuente, en su ser cotidiano de días entre semana, cuando más placentero es viajar y descubrir ciudades. Universitarios camino de las facultades, adolescentes en el recreo, canónigos revestidos en la Misa catedralicia, gitanas ofreciendo ramitos de romero a los turistas, obreros haciendo un alto en la tarea a la hora de comer. Córdoba de mihrab y sinagoga, de cofradías señeras y faroles en torno a un Cristo, de toreros, filósofos y morenas mujeres a las que pintar, enamorar o ambas cosas, de fuentes callejeras convocadas desde un alminar que surge entre naranjos para poner con su rumor la música al otoño, de patios recónditos que se preparan para la eclosión triunfal por primavera. Córdoba que se explica perfectamente con su acento de culturas que dejaron poso para siempre en ella, y ella en nosotros.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Adviento

Al final del camino, el principio. Entre las sombras, la Luz. Año nuevo, vida nueva. Que a todos el Señor nos dé "la fe recta" aunque las sendas sean tortuosas y las dudas razonables, "la esperanza cierta" pese a los peligros y accidentes de la travesía, "la caridad perfecta" que de Él viene y en nuestra debilidad quiere manifestarse. Disfrutemos del Adviento y procuremos que los otros lo disfruten.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Abiertas las puertas

El pasado año, así lo conté, me dejaron algunas llaves y este otoño sigo completando el juego para ir abriendo todas las puertas de Salamanca. Si hace unos domingos fue la de la torre del Clavero, hoy ha sido la de la casa de los Doctores de la Reina, con el mismísimo Fernán Álvarez Abarca, atormentado por una muy renacentista pero no por ello menos frustrante crisis hemorroidal, como inmejorable anfitrión. El galeno de confianza de Doña Isabel nos ha recibido en su casa, dice él que mejor que la del doctor Talavera, esa de las conchas por las paredes. Varios son los semiocultos tesoros que revela esta propuesta municipal, la punta del iceberg de otros muchos que pasan desapercibidos o siguen ahí, desde hace siglos, a la vista pero sin ser mirados, a la sombra de los más célebres monumentos. Cuenta la prensa que dentro de un año abrirán otras puertas, las de la renovada iglesia de San Millán, convertida en Centro de Interpretación del Patrimonio. Ojalá no tardemos en disponer de otras llaves, las del Museo de la Ciudad en el Cerro de San Vicente, que parece no acabarse nunca, y las del Museo Diocesano en el Palacio Episcopal o donde sea, que parece nunca empezar.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Liberad a Willy

Sanos y salvos nuestros marineros, me permito parodiar. Con perdón. Año 2029. Mi historia se desarrolla en el Océano Índico, si es que queda algún atún que escabechar por allí. Si no queda ninguno, en cualquier otro caladero del mundo mundial. El atunero Eskorpiona echa las redes por babor. Por estribor se asoman unos tipos cuyo jefe lleva "parche en el ojo y cara de malo" y, erigido en portavoz, desvela sus intenciones: "¡Eh! ¡Oid! ¿Es que no vais a hacernos un poco de caso?". A su lado, Abu Willy Jr., espigado pero aún adolescente, hijo del legendario Sir Abu Willy, terror de los mares, que ha sido destinado a este buque para que se familiarice con las nobles artes bucaneras lejos de la protección paterna. Los pescadores del Eskorpiona, mientras ensayan una respuesta, lanzan urgentemente un S.O.S. a la fragata Chacón, la última que le queda a la Desarmada Española, y se apresuran en arriar el pabellón del Cantón Libremente Autónomo de Bermeo, asociado al Estatalizado Territorio de Vasconia. El pequeño Abu, superado por los acontecimientos y por esta sobredosis de violencia en alta mar, escapa en una barquichuela con tan mala suerte de encallar en la Isla de los Famosos, donde el benemérito Juez Garzón ejerce de jurado del popular concurso de Telelandia. Informado del suceso, el anciano Baltasar manda aviso a sus colegas de Madrid, que requieren la presencia del muchacho (ya somos dos) en la Audiencia Confederal y, de paso, la cadena televisiva, que fleta el avión que traslada al temeroso residente de Piratología, se garantiza su participación en tres o cuatro talk-shows muy seguidos en la Hispánica Confederación. Ajeno a lo que acontece en la Isla, el capitán de la fragata Chacón ha recibido un nuevo mensaje procedente del Eskorpiona, comunicándole el importe del rescate que habrá de abonarse a costa del Fondo Confederal de Ayudas Ultramarinas y Cooperación con Proyectos Integrales de Contrabando y Desarrollo, al que contribuyen todos los territorios excepto los Estatalizados y los Foralmente Agradecidos. Esta vez sólo han sido cinco mil cuatrocientos millones de alakranas, la moneda acuñada para este tipo de amistosas transacciones. Peor lo pasará el pequeño Abu, al que la Audiencia, sometida a las presiones de Telelandia, ha condenado a interpretar un papel protagonista en la nueva temporada de "Física o Química", teleserie de éxito entre el público infantil de la Confederación. ¡Que alguien lo libere! Y sabed que no le gusta la tortilla de bonito.

martes, 17 de noviembre de 2009

Cuando ya no es deporte

Mi primer álbum de cromos fue el de la Liga 89-90, así que en la primavera siguiente me entregué por completo a la colección que Panini sacó con motivo del Mundial de Italia. La última página, me parece estar viéndola, se la reservaron a una selección humilde, ubicada en el grupo F junto a tres selecciones europeas de muy ardorosas hinchadas: Holanda, Inglaterra y la República de Irlanda. No por casualidad se celebraron los partidos entre Sicilia y Cerdeña. Aquel equipo humilde era la selección de Egipto, que este miércoles volverá a disputar un encuentro decisivo que le puede clasificar para otro Mundial, el primero que organiza África. Será en Sudán, contra Argelia, en uno de esos dramáticos desempates que salpican con infeliz recuerdo la historia de la selección española (la que ahora dan en llamar La Roja, cuando La Roja siempre fue Chile). Sea cual sea el resultado el mal ya está hecho, porque de esta eliminatoria nos acordaremos por el brote violento que desencadenó. Ataques de egipcios a argelinos en Egipto, ataques de argelinos a egipcios en Argelia, ataques de argelinos y egipcios a todo lo que se movía en terceros países fruto de la decepción o de la euforia... y siendo éstas sólo momentáneas. Mejor no pensar en qué puede suceder el miércoles. En Sudán, donde sí les conviene pensarlo antes, han decidido movilizar a quince mil policías. ¿Un estadio de fútbol o un campo de batalla? ¿Deporte o guerra? Esto no lo imaginaba yo hace veinte años, cuando coleccionaba cromos y soñaba con Mundiales.

domingo, 15 de noviembre de 2009

El continuose del empezose

Hace un año, por estas fechas, hice un esbozo de mi primera rotación en el centro de salud, en la consulta de Pedro. Era el fin del principio. Se me habían pasado volando aquellos seis meses de toma de contacto y descubro ahora que no ha sido menos raudo el vuelo de estos doce que les han seguido, rotación tras rotación, en el Virgen de la Concha. "El continuose del empezose": le tomo prestada la expresión a Mafalda para el título. Las guardias de Urgencias, que ya son como de la familia, me habían ofrecido un primer sorbo de hospital, pero no fue hasta diciembre que aumenté la dosis. Desde entonces, todo un año conociendo distintos servicios y maneras de trabajar, consultas externas y plantas de ingreso, compañeros y enfermos de los que aprender. Como en los días de la facultad, de modo itinerante y apurando un tiempo siempre escaso, pero contemplando la realidad sientiéndote verdadera parte de ella. Una realidad la del hospital, como la del centro de salud, que suscita preguntas, muchas preguntas, y te va demandando respuestas, cada vez más, siempre inferiores en número a las cuestiones, siempre origen de nuevos interrogantes. Como conveníamos ayer Jesús y yo, en los últimos compases de la guardia, al fin y al cabo es lo que nos gusta, lo poco que podemos poner al servicio de los demás y de nuestra propia felicidad, de arquitectura siempre imperfecta en esta orilla de la vida.

martes, 10 de noviembre de 2009

La imperfecta arquitectura de la felicidad

Quinientos días resumidos en hora y media, e incluso condensados en los dos minutos y medio que traigo aquí. La de Summer y Tom "es una historia de chico conoce a chica pero no es una historia de amor". Muy adecuada la advertencia inicial, que la sucesión de fotogramas confirma en su cadena de días dulces y amargos, hasta quinientos, del cero al infinito y sin final feliz. Es lo que tiene ser arquitecto y dedicarte a parir falaces mensajes de felicitación, que la arquitectura de la felicidad te resulta una imposible asignatura pendiente para septiembre, cuando el verano termina y se agrían los besos hasta extinguirse. Siempre nos quedará el no menos seductor otoño.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Los brazos en abrazo hacia la tierra

Ayer lo escribía muy bien Alberto y hace casi un año también aludí a este asunto: me refiero a la presencia de la Cruz en las aulas y, por extensión, del hecho religioso en la sociedad. ¿Fe privada o fe pública? Lo afirmado en los textos que enlazo definen mi respuesta, que doy desde la alegría de creer, la disposición a compartir lo que creo y el respeto escrupuloso a quienes no sienten y piensan como yo. Si tuviera que pronunciarme escuetamente sobre la reciente sentencia del Tribunal de Estrasburgo lo haría a favor: no es el sitio de la Cruz la pared de una escuela no cristiana (en la cristiana sí, aunque algunas, por desgracia, lo descuidan). Lo que ya no me entra en la cabeza tan fácilmente es el extendido afán por ahuyentar lo religioso de lo público, por difuminar lo cristiano del acervo de nuestros pueblos europeos. En la Cruz no veo yo un elemento de la cultura y la tradición, que lo es, sino la señal de que Dios nos ama y de ella se sirve para salvarnos, pero esa primera realidad objetiva de la Cruz corre peligro por el recelo hacia la subjetiva segunda. La cruz cultural desterrada para desterrar la Cruz de la fe. Es así. Sólo a quien molesta la fe puede molestar la Cruz. A unos futboleros y susceptibles musulmanes molestó hace un par de años aquella camiseta del Inter de Milán con la cruz roja, que vistieron en un partido contra el Fenerbahce. Enarbolaban la bandera de la capital lombarda, que fue tildada de "ofensiva para el Islam". Ofensa que percibirán, supongo, cuando vean ondear las banderas escandinavas, la del Reino Unido, la de Grecia... que no les están diciendo precisamente "Convertíos y creed en el Evangelio". Ya pasaron, a Dios gracias, los tiempos de Cristiandad, ya la Iglesia se desligó del Estado y se puso a caminar hacia adelante mirando en el espejo de los tiempos apostólicos, pero algunos siguen sintiéndose dolidos y ofendidos: "daño moral" lo han llamado. Como si la Cruz les hubiera arruinado la vida. Habrá que convivir con tan tristes dolores y ofensas, haciendo un esfuerzo por darles a conocer una Cruz que no daña sino que cura. Confiando en que su silueta sobre la pared y las obras de quienes la aceptamos como humilde y pacífica bandera reflejen la hermosura del Amor de Dios, infinito, paciente y crucificado. La Cruz que pedía el poeta de Tábara y Sequeros, León Felipe: "Hazme una cruz sencilla, carpintero. Sin añadidos ni ornamentos. Que se vean desnudos los maderos, desnudos y decididamente rectos. Los brazos en abrazo hacia la tierra, el astil disparándose a los cielos. Que no haya un solo adorno que distraiga este gesto, este equilibrio humano de los dos mandamientos. Sencilla, sencilla, hazme una cruz sencilla, carpintero".

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Minutos de mísera fama

Tengo la, creo que buena costumbre, de seguir las noticias por la radio, música de fondo que salpica las cosas de casa con las cosas del mundo, sin necesidad de apoltronarme en el sofá ni fijar la mirada. Pero hoy, circunstancialmente, se han cruzado en mi camino Mamen Mendizábal, Matías Prats y algún otro telediarista. Con ellos, dos que ya son como de mi familia: José Diego, un residente de psiquiatría de la Universitaria de Navarra, autor de un truculento asesinato en noche sanferminera, y Moisés, un niño obeso de Orense que la Fiscalía reclama para un centro donde tratarle y los padres para sí. Hasta por triplicado me han hablado de ellos Mamen, Matías y compañía. Del primero, me sigue asqueando la obsesión de este país, o al menos eso parece, por los sucesos. ¿Son necesarios tantos detalles? ¿Recreación de los hechos con el criminal en su papel? ¿Extractos largos de declaraciones? ¿Aspectos íntimos? Es sólo un ejemplo. Muchos hubo, muchos habrá y no cambiaremos, pero no le encuentro la intención disuasoria a este tipo de periodismo, sino que más bien me resulta amarillismo puro... o impuro. A Moisés, el salvado de las aguas del Nilo, le quieren "salvar" de la muerte y de sus padres. Su endocrino dice que está mejor que estaba y que se compromete a supervisarle con más insistencia, pero sin sacar al niño del entorno familiar. Los padres se lamentan. La Fiscalía se empeña. El niño, imagino, sufre. ¿Y los menores que fuman, que beben, que se chutan? ¿Y las anoréxicas? ¿Y los violentos? ¿Y el lamentable hecho de que el lugar más inseguro para una persona en esta nación es el seno de su madre? Al cabo de las noticias de Moisés, la anécdota de los kilos y el tira y afloja de las partes, pero no un debate sobre la paternidad responsable ni tampoco sobre el discutible papel paternalista del Estado. Acaba el "informativo", José y Moisés han sido protagonistas de unos cuantos minutos de mísera fama, luego llegarán los habituales de gloria para algún futbolista millonario y lesionado, el tiempo (a ver si llueve o escampa), el "prime time" para seguir educando a la ciudadanía y a la cama, que mañana es día de escuela y serán otros los argumentos "informativos". Buenas noches y buena suerte.