martes, 29 de diciembre de 2009

Reloj que marcas las horas

Marca las horas sacando el pañuelo blanco de su carillón, ordenando el cambio de tercio a toque de campana, hasta doce. Será otra noche vieja de otros nuevos propósitos. Lluvia y frío quizá. Fiesta y ruido seguro. Leyes que entran mientras otras salen, con sus respectivas trampas. Presidencias europeas y esos rollos macabeos. Palabras raras como Radetzky o Garmisch-Partenkirchen: el primero de enero, clasecita de alemán. Enfermos que ingresaron un año y les di de alta otro, un estudio bien completo y sin salir de Urgencias: ¿esto no lo priman? Uvas de la suerte mejor que de la ira. Y el reloj seguirá a lo suyo, marcando horas, cambiando tercios hasta que Dios quiera.

domingo, 27 de diciembre de 2009

Juntos en la madrugada

Seis y cuarto de la madrugada. Supongo que está cayendo una helada, pero el goteo de pacientes no cesa. No es la perfusión continua de la mañana, la tarde y el principio de la noche, pero es ahora, juntos en la madrugada, cuando quienes empezamos a trabajar hace más de veinte horas suspiramos para que la guardia firme nuestra alta y nos mande a casa sin tratamiento. Comenzarán el ciclo otros compañeros, que verán otros pacientes y alguno que compartamos, en busca de mejor remedio a sus males. Más vómitos y diarreas como efecto secundario de las comilonas en familia. Más golpes, cortes y averías diversas. Más locos de la colina. Más padres preocupados. Más horas que ya son menos. La botella medio llena según se vacía. Porque todas las guardias se acaban y en todas se aprende.

viernes, 25 de diciembre de 2009

Alegría

La de sabernos amados, la de anunciar su Venida, la de arraigarnos en Cristo, firmes en la fe. Un abrazo para todos desde mi balconcillo, que se asoma a la gran fiesta de un día con nombre propio: Navidad.

martes, 22 de diciembre de 2009

Ya busca posada

Esta tarde, cuando la siempre dual España se divide entre los que taparán agujeros con el premio y los que celebran el "gordo" de la salud, José ya busca cobijo para María y el niño por nacer. "En la ciudad de Belén llama a las puertas, pregunta en las posadas y no hay respuesta". No pueden agarrarse ni a la pedrea de una pobre alcoba donde dar a luz al primogénito que les anunció el ángel del Señor. Y si hay respuesta, es excusa. "Mañana le abriremos, respondía, para lo mismo responder mañana". Cuanto más se cierra nuestro corazón de sordo posadero, más se abre y se entrega el Corazón de su hermosura soberana, que no se cansa de llamar, de procurar una amistad sincera y fraterna, que libera y redime. Cerca está.

lunes, 21 de diciembre de 2009

El color de la Navidad

La Opinión de Zamora publica esta fotografía tomada hace pocas horas. Se trata del colegio cuyos inquilinos amenizan a veces mis salidas y, sobre todo, llegadas a casa, aunque las más, cuando salgo no han llegado y cuando llego ya salieron. La primera en llegar hoy, de madrugada, fue la nieve, que ha puesto de su parte para que ésta sea, propiamente, una blanca Navidad. El colegio de la esquina se ha vestido con el atuendo correspondiente, para que los niños caracterizados de pastores declamen más convencidos si cabe sus poesías de portalillos nevados y fríos establos. Un sol tímido y las pisadas de alumnos y padres harán de su túnica un disfraz efímero, que no obstante dejará poso de blancura en la gama de grises que trae consigo el invierno. Blanca Navidad. Sueños a la puerta de casa.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Fiesta

Es una fiesta española que viene de prole en prole, y ni el gobierno la abole ni habrá nadie que la abola. Ojalá siga en pie esta coplilla de Ricardo de la Vega después de la admisión a trámite de la iniciativa legislativa popular que aspira a terminar con la Fiesta en Cataluña. Para esto no tiembla el pulso y dan libertad de voto a los representantes de los electores. Cuando se trata de la vida humana, disponer de ella es el progreso y la libertad. Olé.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Sellando tradiciones

Este sello será una de las imágenes más vistas en los próximos días. Con el ansia de abrir el correo, en busca de noticias de los amigos que de año en año las dan, o del cariño de familiares atrapado en papel, muchos no repararán al principio en esa esquina superior del sobre que hace posible su viaje del buzón amarillo al particular. El acúmulo de felicitaciones en ese lugar común, que en casi todas las casas existe, facilitará que, tarde o temprano, acabemos por fijarnos en la estampilla cuatrilingüe de un azul llamativo que cobija una escena tierna donde las haya, bajo el título "Maternidad". Los mensajes de texto telefónicos que colapsan las memorias de los móviles en Nochebuena, o los "emilios" prefabricados, van sustituyendo ese entreñable trasiego de postales tan propio de diciembre. Supongo que aún hay quien resiste, cultivando la tradición de sentarnos a escribir a algunas amistades, que corresponden al detalle con el suyo, abultando una colección de buenos deseos navideños que nunca es suficiente. Abrir el buzón en estas fechas no equivale a toparse con el logotipo de tu banco, el Sacyl que te paga o Iberdrola que te cobra. Doy gracias porque el resto del año también tengo premio a menudo y voy conociendo casi todas las emisiones postales, como buen aficionado a la filatelia y a la correspondencia.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Dime lo que estudias y te diré quién manda

Creo que es la primera vez que salta a los medios de comunicación generales una cuestión relacionada con el plan de estudios de la carrera de Medicina. Rara vez se acuerdan de los futuros galenos en la prensa nacional, si no es para reflejar alguna protesta de forma esporádica, sin continuidad en el seguimiento. En la local salmantina son portada mediado octubre, cuando San Lucas abre la veda de los botellones universitarios (esta noche es Nochevieja y toca en Zamora). Hoy no ha salido la noticia de las facultades sino de los escaños. Los que mandan, es decir, los que aplauden en la foto superior, han decidido que esa ley que convierte un crimen en un derecho ha de repercutir en el plan de estudios de Medicina, aunque para tramitarla se la hayan adjudicado al Ministerio de Igualdad y no al de Sanidad. Sus señorías opinan que los que estudian, es decir, los que aprenden en la foto inferior, han de formarse "en la práctica clínica de la interrupción voluntaria del embarazo". O sea, que adquieran destreza en esa tarea tan médica, tan pulcra y tan cotidiana de acabar con la vida de un ser humano en el seno materno. Lo que no sabrán los de arriba es que los de abajo son surcoreanos ensayando una cesárea con una "mamá robot". Yo ni tuve la suerte de ver un parto desde media distancia (no dilataban las parturientas, qué se le va a hacer, pero tuve que esperar a la residencia), de suturar una herida (tuve que esperar a la residencia) o de colocar un yeso (tuve que esperar a la residencia). Otras maniobras sí conocí, pero no por las facilidades surgidas desde el escaño precisamente. Ahora se les antoja que, en aquellas clases de Obstetricia de las ocho de la mañana, los profesores se pongan a contar lo que no hacen, o que en las de Ética y Medicina Legal cambien el discurso. Deben creer que sus habilidades, la hipocresía y el oportunismo, también otros las tienen. Eso dando por hecho que crean en algo más que en ellos mismos.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Calor de hogar

Después de cruzar un puente variado donde los haya en Salamanca, con arcos diversos y un camino largo, que se ha hecho corto, de una a otra orilla, he vuelto a la casa de mis horas zamoranas. Para que una casa sea hogar, por estas fechas, precisa del calor humano y divino que tiene que calentarla sin recurrir a chimeneas y radiadores, tomando posesión de algún rincón privilegiado, donde se fijen las miradas de moradores y huéspedes. Ese calor ha llamado esta tarde a la puerta, y ha pasado, como es costumbre, en forma de figurillas de barro, que junto al corcho y la estrella, el pozo y el molino, el puentecillo y las luces de colores, cada año me visitan y piden ser desenvueltas con tanta ansia como cuidado se puso al guardarlas once meses atrás. Pobres pastores y ricos magos, carpintero y doncella, carnero y oveja, mula y buey, uno tras otro, han ido abandonando el sueño de una caja de cartón para echar su poesía de silencio y quietud en esta función de Navidad, estática y callada, pero tan viva y elocuente, tan hermosa, tan cálida. La casa ha sido hogar cuando ha surgido, despojada de su vestido de papel de periódico, la desnudita efigie del Niño Dios, que ya está cerca. Ha sido la tarde de poner el Nacimiento, su tienda entre nosotros, su Vida en la nuestra. Momento de hacerle hueco buscándole un sitio en casa para que la transforme en hogar, de darle posada en el corazón, para que lo mantenga encendido y lata siempre conforme al suyo. Eso sí, mis figuras dicen que no necesitan, al contrario de éstas con que ilustro, ninguna medida contra la gripe. Se las ve sanas, quitando algún brazo roto los pajes de los reyes (mañana pregunto a los traumatólogos). De las mascarillas harán pañales para el Niño Jesús, que ya viene de camino.