Nos decía Sor Esperanza que éramos "como apóstoles románicos", por lo duro de las cabezas. Pensaría la mujer en algo parecido a este apostolado de la iglesia de San Juan de Alba de Tormes que descubrí ayer. En la piedra arenisca hecha imperfecta corona del Rey y convertida en atolondrado rebaño del Pastor. Ahora, pedregosas batallas que siembran la duda y el desánimo hacen añorar los tiempos en que uno era como un apóstol románico, cuando no tenía que reaccionar ante apedreamientos caprichosos...
domingo, 4 de marzo de 2007
Piedras
Nos decía Sor Esperanza que éramos "como apóstoles románicos", por lo duro de las cabezas. Pensaría la mujer en algo parecido a este apostolado de la iglesia de San Juan de Alba de Tormes que descubrí ayer. En la piedra arenisca hecha imperfecta corona del Rey y convertida en atolondrado rebaño del Pastor. Ahora, pedregosas batallas que siembran la duda y el desánimo hacen añorar los tiempos en que uno era como un apóstol románico, cuando no tenía que reaccionar ante apedreamientos caprichosos...
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2 comentarios:
Entre todas aquellas finuras que nos dedicaba Sor Espe, tipexáceos, betunáceos, generación de la tecla, apóstoles románicos, pequeños dictadores... sin duda la que más me gustaba era la que decía que teniamos la cabeza como el pedernal.
Todo un ejemplo de como tratar a los alumnos. Y tú estarías agachado atandote los cordones de los zapatos.
Evidentemente. Pocas estrategias tan eficaces en la evitación de tener que salir al encerado a resolver el problema más complicado. Ya estarían Lorena o Teresita perfectamente preparadas, dominando leyes y fórmulas mejor que nosotros...
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