viernes, 24 de noviembre de 2006

Reencuentro

Se cumplieron los presentimientos, los deseos y las ansias: reencuentro en medio del huracán, como si Emily quisiese acompañarnos otra vez en esta Salamanca ventosa y lluviosa de finales de noviembre. Reencuentro en singular que adivino antesala de algún otro más concurrido a no mucho tardar. Hoy he vuelto a disfrutar con la frescura de Ana Almería, aquella morena misteriosa del final del pasillo. Sé lo que hizo el penúltimo verano.

viernes, 17 de noviembre de 2006

Los viernes, agenda

Un par de avisos pendientes y, aunque sea en forma de post, los tengo que dar:
- Por ahí en la blogosfera, dos amigos escribiendo a los que podríais visitar merecen un enlace en mi blog, pero mi acreditada incapacidad para estas cosas ha impedido que los incluya: son http://lsantosdedios.blogspot.com y http://asklepieia.blogspot.com. Añadiré otras direcciones con mucho gusto.
- Anoche se presentó el poemario "A la vera de la Cruz", creo que pronto estará en las librerías de Salamanca. Es una edición muy cuidada, a cargo de José Manuel Ferreira, y con la participación de 41 autores. Le abruma a uno contarse entre ellos, tan indigno de la compañía.
Un par de recomendaciones también: insisto con "Scoop", ideal para desconectar, y sugiero "Cinco panes y dos peces", el librito del vietnamita Cardenal Van Thuan recordando su cautiverio, desde la sencillez de la fe.
Y un par de ruegos: ánimos para el examen de Oncología, que está a la vuelta de la esquina y tiene más miga de la que aparenta, y comentarios vuestros por estos lares, que no dejáis rastro.

jueves, 16 de noviembre de 2006

Un día de los grandes


Tenía delito que, salmantino de toda la vida, no conociera aún La Alberca, visita inexcusable de todo guiri que pasa sus tres meses entre nosotros aprendiendo español. Pues bien, yo no había ido nunca; quizá lo cercano, por tan accesible, resulta ser a menudo lo más desconocido. Lo cierto es que me alegra haber reservado el estreno para este último domingo, y es que el motivo era extraordinario: la reliquia del Lignum Crucis de nuestra cofradía visitó La Alberca, invitados por los peculiares cofrades del Cristo del Sudor. Perfectamente ataviados con sus capas, y al son de la música tradicional, formaron un cortejo que arropó al Lignum Crucis hasta la parroquia de la Asunción, donde Pablo, el cura de "la paz les dejo, la paz les doy", presidió una Eucaristía muy emocionante. Hacía ya tiempo, desde la última visita a Villar de la Yegua, que no vivía una misa de esas de pueblo, con los hombres en el coro alto, las señoras mayores entonando "Cantemos al Amor de los amores" y los monaguillos y monaguillas, numerosos y sin escatimar incienso. Al finalizar la celebración, y tras venerar los albercanos que abarrotaban el precioso templo el Lignum Crucis y la Santa Espina que conservan los anfitriones, fuimos convidados a vino y bizcochos, según la usanza que viene de siglos. Se beben tres barquillos de vino y se comen tres bizcochos, que han de ser de la medida del pie del abad de ese año. Cumplimentado su rito, que de forma excepcional hacían nuestro, seguimos disfrutando: patatas revolconas, tostón, arroz con leche. Y de postre, Santo Rosario para despedir a la reliquia, también muy concurrido, de los del primer misterio de rodillas y el Ora pro nobis en las letanías. Pocos días con tanta solemnidad en el culto, tanta autenticidad en el ambiente y tanta hermandad entre los cofrades. Un gran día para la Vera Cruz.

viernes, 10 de noviembre de 2006

Urget nos

Ha dormido prácticamente toda la tarde, cual oso hibernando, como es costumbre en él. No ha cenado, apenas dos cucharadas de sopa para seguir durmiendo. Ya metido en la cama tenía ganas de tertulia, de hablarme de esa hija que va a estudiar enfermería para cuidar a los que estén como papá. Habla poco, pero de vez en cuando le apetece ser escuchado, y nunca faltan al final tres o cuatro sonoros "gracias" que se abren paso entre las sábanas. Hoy pedía morirse de una vez y pronto encontró motivos para seguir viviendo: el amigo que trabaja de sol a sol, el hermano con la clavícula rota, la hija de la foto de la mesilla... Es el pan nuestro de cada jueves, que se hace silencio o herida, que busca (supongo) y encuentra (espero), que toma carne en el hombre y no deja de gritar.

lunes, 6 de noviembre de 2006

En el campo salmantino

Aún es pronto para hacerse muchas ilusiones, pero lo cierto es que cada quince días da gusto pasar la tarde del domingo en el estadio. El juego vertical de la Unión, apoyado en la velocidad de Carlos Vela y Braulio, enamora a la parroquia salmantina, y hasta empatando o perdiendo se ha despedido al equipo con ovación. Ayer tocó victoria contundente sobre el Alavés, con lo que reafirmamos los tres partidos ganados de manera consecutiva lejos del Helmántico. Tiempo hacía que no veíamos de blanquinegro un jugador de la calidad del mejicano, y el de Quintana Roo sólo tiene diecisiete añitos, vaya ojo el de los técnicos del Arsenal. Lo disfrutaremos unos meses, así que hay que saborear cada carrera, cada regate, cada gol de este muchacho que nos alegra las tardes de los domingos.

sábado, 4 de noviembre de 2006

Scoop


Scoop es "primicia", oportunidad con la que se topa una inexperta estudiante de periodismo dentro de esa caja donde el genial Woody Allen pretendía desintegrarla y pulverizar sus moléculas, entreteniendo a esos londinenses tan raros que conducen por el lado erróneo. La oportunidad pasa porque la joven y el prestidigitador se adentren en el misterio de un asesino en serie que va firmando sus crímenes de un modo muy particular. Allen ha vuelto a resultarme divertidísimo, después de Match Point, tan distinta pero brillante también. Han repetido Londres (atrás queda Manhattan; volverá, imagino) y Scarlett Johansson, nuevamente acertada elección. ¡Qué agradable la carcajada con la película de Woody Allen de cada otoño! Ya es toda una tradición.

miércoles, 1 de noviembre de 2006

Visión de futuro

Cuando jugar en la selección española y marcar el gol que nos dé el Mundial de una vez por todas ya es algo completamente inverosímil debe uno plantearse otras actividades deportivas para el tiempo de ocio más allá de la pachanguita semanal (o quincenal, o mensual, o...) con los amigos. Una alternativa genial se le ha ocurrido a David: la petanca. Se corre poco, se agudiza la precisión, se modera la fuerza, y se invierte en la felicidad futura, porque ¿quién nos va a vencer, pongamos que en 2055, en esos campeonatos tan disputados del Parque de Picasso?, ¿quién va a dominar el juego como nosotros?