
Esta tarde, cuando la siempre dual España se divide entre los que taparán agujeros con el premio y los que celebran el "gordo" de la salud, José ya busca cobijo para María y el niño por nacer.
"En la ciudad de Belén llama a las puertas, pregunta en las posadas y no hay respuesta". No pueden agarrarse ni a la pedrea de una pobre alcoba donde dar a luz al primogénito que les anunció el ángel del Señor. Y si hay respuesta, es excusa.
"Mañana le abriremos, respondía, para lo mismo responder mañana". Cuanto más se cierra nuestro corazón de sordo posadero, más se abre y se entrega el Corazón de su hermosura soberana, que no se cansa de llamar, de procurar una amistad sincera y fraterna, que libera y redime. Cerca está.
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