Me pregunto cuántos a estas alturas de año se acuerdan de su blog y lo convierten en su plan de Nochevieja, mientras el hermano pequeño está revolviendo la casa en busca de una camiseta negra que por fin ha aparecido y los padres hacen tiempo hasta la hora de bajar al piso de los vecinos a echar la tradicional partida de cartas y compartir los no menos acostumbrados brindis.
Un par de años llevo ya refugiándome a estas horas en el blog: en 2006, "Algunos días sin nombre"; en 2007, "El nombre de los días". Me sorprenden los años nuevos inapetente de celebraciones nocturnas, reacio como soy al barullo y a la fiesta por imperativo social. Me descubren entre reflexivo y aburrido, y esta vez con algo de vértigo. 2007, si Dios quiere, me traerá la licenciatura, el cambio de chip que suponen los meses de estudio del MIR, nuevos proyectos en la Vera Cruz y... ¡los veinticinco!, cómo suena eso.
6 comentarios:
Pues si, año interesante este que se avecina... que todo sean alegrías. Ya me contarás como se siente uno con un cuarto de siglo encima... una semana antes que yo :)
Qué alegría comprobar que tus comentarios no se refugian en el impersonal "anónimo" (por si acaso no zarandearemos mucho el html y todas esas cosas de tu gremio). Descuida, que en ese semana te instruiré. Hasta pronto, amigo.
Feliz año, Lucano!!!
Bonito manera de comenzar el año, refugiandote en tu blog.
Espero que todos tus proyectos se conviertan en realidades en este año, yo al menos estaré empujandote en lo que pueda.
doctrinos
Bien hallado, Doctrinos. Agradeceré tu empuje, y es que... "pasamos demasiado tiempo juntos", ¿verdad?
Curiosa manera de empezar el año, yo no tengo Blog en el que refugiarme y la fiesta no me gusta,pero siempre estará la aburrida tele y como no la familia.
No te preocupes el cuarto de siglo solo es la mitad del cincuentenario y este espero celebarlo contigo dentro de nuetra gran pasión, la Vera Cruz.
Que en este 2007 todos tus esperanzas se cumplan, Feliz Año Hermano.
Ufff, paponin, me veo que llego al cincuentenario con demasiadas batallitas cofradieras que contar; y me veo también contigo tejiendo operaciones cada 28 de diciembre, qué peligro.
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