lunes, 15 de enero de 2007

La gran evasión

Todos tenemos algún icono de infancia que nos acompaña el resto de la vida, que ya es un amigo más con el que a menudo apetece reencontrarse para cargar los depósitos de nostalgia (nunca viene mal). Ayer tarde lo hice, aunque fuese sólo en su desenlace, con "La gran evasión" (1962), película de John Sturges que debí ver por vez primera a los siete años más o menos (tiene gracia que en internet figura el DVD como no recomendado para menores de 18). Desde entonces, la quiero. Quizá no muy bien valorada por los críticos en su tiempo, para mí es obra de auténtico culto, y una tras otra me vienen a la memoria escenas de aquellos hombres que vieron en los túneles Tom, Dick y Harry razones para la esperanza, para la paz y para la libertad.

La Luftwaffe había decidido encerrar en un campo a prueba de fugas a los más avezados escapistas entre los aviadores aliados que había ido capturando. Pero, claro, ese cóctel de talento innato norteamericano y perfección académica de la RAF (vale, me ha quedado muy propagandístico, jeje), se le atragantó a los carceleros. Era tan indigesto como el licor de patata del 4 de julio, tan trágico como el final del escocés Ives en las alambradas, tan gracioso como el agotamiento de Cavendish dirigiendo el coro, tan característico como el golpeo de la pelota de béisbol de Hilts en la "nevera", tan falso como los documentos que minuciosamente elaboraban los hombres de Blythe en las "lecciones de ornitología", tan ingenioso como la manera en que doscientos hombres ponían su granito de arena desprendiéndose de los millones de granitos de arena que originaban las excavaciones...

Cuando una noche de marzo de 1944, noche de claros de luna y alertas de ataque aéreo, Roger dio la orden de la evasión y setenta y nueve hombres recorrieron Harry, desde la estufa del barracón 104 hasta el bosque, todó había cobrado sentido. Algunos fueron unas horas libres y volvieron al campo, cincuenta murieron fusilados, tres lograron alcanzar la definitiva libertad. En la película, Danny y Willie, los artífices de las excavaciones, alcanzaron Estocolmo, como los noruegos Bergsland y Muller en la realidad; el holandés Van der Stok, caracterizado en la ficción por el australiano Sedgwick, cruzó los Pirineos gracias a los partisanos franceses y se las apañó para llegar hasta la embajada británica en Madrid.

Poned imagen y sonido a la aventura: www.youtube.com/watch?v=oX5uG-9LVKE

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya coincidencia,lucano,pues resulta que una noche de ese mismo mes y ese mismo año,para ser exactos la del 27 sale por primera vez a la calle la hermandad dominicana no se si tu comentario es por esto pero si no loes aqui queda
costalero68

Lucano dijo...

Hombre, Costalero, bienvenido. No me había parado a pensarlo. No obstante, el 27 fue la aprobación de estatutos / fundación, no la primera salida. Para que veamos la cantidad de cosas que pasan por la cabeza de los hombres al mismo tiempo. En un libro que he leído sobre la historia comentan que muchos de los fugados aprovecharon la circunstancia de que al ser Viernes Santo (8 de abril de 1944) había más gente en estaciones y carreteras, y quizá por eso un mayor anonimato, y más opciones de escapar. Aunque los pillaron a casi todos dieron mucha guerra. La Piedad y el Cristo de la Buena Muerte, mientras tanto, debutando con picadores...

Un saludo

Anónimo dijo...

perdon tomas por la metedura de pata,tienes toda la razon del mundo
vaya error imperdonable,tantas ganas por salir que me salto las fechas

un abrazo hermano y sigue asi, me encanta leerte

Lucano dijo...

Y ya puestos a ser precisos, también yo metí la pata pues hablaba recordando una lectura reciente pero sin haberla repasado: Viernes Santo fue el 7 de abril de 1944. Que no todas las alternativas procesionales van a ser el 8 de abril, Iacobus...

Iacobus dijo...

Estimado Lucano, pocos pueden presumir de que su nacimiento coincida con la primera salida procesional de una Hermandad, jejeje, quien me hiba a mi a decir que posteriormente, mi vida estubiera relaccionada, aunque sea un poco, con la misma hermandad.
Saludos.