lunes, 4 de junio de 2007

Teología de los cestos de pan
















Entre las especulaciones sobre posibles pactos postelectorales, las diversas crisis y dimisiones en partidos políticos, los últimos coletazos del juicio del 11-M y la ansiada letra del himno nacional que nuestros campeones quieren poder cantar en el podio de sus gestas, ha encontrado hueco en las portadas una celebración de la Eucaristía. En concreto, la que ayer tuvo lugar, al aire libre, junto a la famosa Parroquia de San Carlos Borromeo, en el populoso barrio de Entrevías, el madrileño Puente de Vallecas. Parroquia que ha visto cómo el Cardenal Rouco Varela ha decretado su cierre temporal para proceder a su "sanación canónica". ¿Sanación? ¿De qué estará aquejada esta comunidad? Al parecer, de seguir la "teología de la liberación", y además, desde hace treinta años, nada menos. La liberación que predican los curas de Entrevías es su opción por los pobres, por los últimos de los últimos, o sea los primeros entre los primeros de las Bienaventuranzas. Proclaman así la Caridad si no enfrentan al hombre con el hombre. La liberación que predican es su confianza en un cielo nuevo y una tierra nueva. Siembran de este modo la Esperanza si no la abonan a costa de la libertad de los hijos de Dios. La liberación que predican es su creencia en un Jesús liberador. Enseñan pues la Fe si no buscan otra acción salvadora que la Cruz en el centro mismo de los siglos. ¿Sanarlos nosotros si confesamos con Pedro e Isaías que sus heridas nos han curado? ¿Liberarnos nosotros si la verdad nos hará libres y Él es la Verdad?

5 comentarios:

Javier García Martín dijo...

Un desastre.

Alberto dijo...

Querido Tomás, en esto si que no puedo estar de acuerdo contigo. Las locuras litúrgicas de estos sacerdotes son inaceptables. Y desde el Arzobispado se le ha dicho lo que se le debe decir: señores, si ustedes quieren hacer obras de caridad, sigan haciéndolas, pero no oficien más misas. Pura lógica, pura caridad. Que den el edificio a Cáritas como le han dicho y dejen de consagrar panecitos, ser unos demagogos y cumplir con lo que ellos mismo han firmado hace más de 20 años.

Lucano dijo...

Alberto, yo tampoco comparto sus licencias y su alejamiento de la Liturgia de la Iglesia. De hecho, hago mis objeciones a la predicación de estos hermanos, pues no sé si termina por edificar o, por el contrario, Jesucristo queda eclipsado por ex-ministros comulgando ante las cámaras. No obstante, me gustaría hablar con ellos.

Alberto dijo...

Valoro tus esfuerzos por el diálogo, pero es que este tema está así desde la década de los 80, y actualmente, es un ariete contra la Iglesia, artificial y demagogo, pues lo de estos señores, a punto de dejar de ser sacerdotes, no tiene disculpa ninguna. Ojalá se arrepintieran de lo que están haciendo, pero no es así.

Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

El q no está contra nosotros, está con nosotros, ¿con quién están ellos? a veces las cosas no tienen una sola respuesta clara y concisa, un si o un no, a veces hay q tener cuidado, para q intentar evitar ¿posibles? males mayores, vamos lo q serían daños colaterales o puede q irreversibles, si se puede paliar, mejor :) en fin, espero haberme expresado, salgo ahora del turno de noche y hacía mucho q no olisqueaba por tu pag. Un abrazo