martes, 31 de julio de 2007

Fue en un pueblo con mar, otra vez

La de Nerga es una playa al pie del bosque, un lugar donde alcanzan la perfecta simbiosis dunas y eucaliptos, que se dan la mano al son que marcan las pocas ondiñas que espuman la orilla. Es Nerga cala de fina arena y agua cristalina como no la recordaba. Refugiada en el seno de la Ría de Vigo, que le trae la inmensidad del Atlántico en pequeños sorbos para que no se atragante, se ensimisma en la contemplación de las Cíes, baluartes tímidos y dulces que ganan para la tierra la compasión del océano. Entregada al recuerdo de abrazos largamente ansiados y vencida por el sol que se resiste a declinar, resulta más bella que nunca en el preludio de una luna llena que reina en el cielo de los garabatos, de lugares como Nerga, de ayer y hoy, y siempre. Donde el verde y el azul hacen buena pareja.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuánto mimo desprenden tus palabras. Por un momento consigues hacernos viajar y pasear por alli, bajo ese cielo tuyo de los garabatos, ese agua tan cristalina, esa amistad verde-azul...tus líneas convierten la playa en algo más q un recuerdo, como si guardara un pedacito de tí, como si se llevara consigo parte de tu historia. Por tu descripción parece ser de esos lugares a los q cuando regresas, también lo haces de algún modo a tí mismo, es así?
( Precioso texto, todo un honor estrenar los comentarios :-) )

Lucano dijo...

Es así, "Fragile". Es un lugar que descubres y parece que conoces de siempre. Una playa a la que regresar para seguir dejando pedazos. Honor para mí que seas tú quien se haya estrenado. Un beso "climatélico" ;-)