viernes, 2 de noviembre de 2007

Noche de Difuntos

Nunca he tenido claro si la Noche de Difuntos es la del 1 al 2, o la del 2 al 3 de noviembre; quizá el día de Ánimas sea una noche todo él, un cuento de miedo a medio camino entre la leyenda y la cruda realidad. Una historia contada con voz apagada y acento misterioso. Un paseo por los cementerios y los bosques encantados. Un susurro, en fin, que abre tumbas o las cierra, a gusto del consumidor, que actualmente parece optar por un Halloween importado e impostor, que se alía con el festivo de la mañana siguiente y el disfraz a cambio de la copa gratis. Aunque pocos han sido mis referentes en la materia, algunos tengo, y por supuesto me quedo con ellos frente a las "invasiones bárbaras" de la calabaza terrorífica y las brujas de maquillaje. A lo que iba. A los relatos del XIX, como "El monte de las Ánimas" de Bécquer o "La resucitada", de Emilia Pardo Bazán, que debí leer una docena de veces cuando me apetecía saciar las ansias de terror en el cuerpo. ¡Cada vez me impresionaba más la apertura del ataúd en aquella desierta iglesia! No puedo olvidar tampoco el único cuento de miedo entre los que me contaba abuela Carmen, no sé si sería popular o de su cosecha (apuesto por esto último). De la cosecha de Luis Carandell es el originalísimo "Tus amigos no te olvidan", que compila múltiples aspectos de la muerte y todo lo que la rodea en la cultura española a modo de gran reportaje periodístico, ilustrado por Núñez Larraz. Esquelas, epitafios, obituarios, velatorios, costumbres... Lo que para algunos puede resultar un alarde de necrofilia o de humor negro no es sino una lección de la vida misma, que tiene en la muerte a su penúltima estación, imprescindible para llegar al destino final. Hemos de hacer, no hay más remedio, esta parada, y buena gana de andarnos con rodeos. Quizá nos sirva de libro de ruta esa inscripción de la salmantina iglesia de San Julián: "los que dan consejos ciertos a los vivos son los muertos". Un inacabable repertorio para esta noche y todas las noches.

5 comentarios:

Lola dijo...

Un tema que aunque pueda parecer grotesco nos llama siempre la atención. Aparte de la cita que mencionas de S.Julián, hay una que desde niña se me ha quedado grabada: "Mejor una oración que una flor."
Así, sin más.Está en el camposanto. Y por supuesto, nunca hay flores allí.

Lucano dijo...

Sí, las plegarias nunca se marchitan.

Ana Pedrero dijo...

Algún día te contaré cómo celebraban la noche de Animas en San Román, al ladito de Carrión. Es uno de los recuerdos que más me marcaron en mi infancia, libres de los "jalougüines" impostores.
Quedas invitado, para el próximo, a la procesión de las Ánimas de Zamora, que discurre por el cementerio. Y discurre rezando, para que no se marchite la memoria de los que queremos.
Un beso.

Alberto Esteban dijo...

A mi el monte de las ánimas me gusta especialmente. Y tienes razón, la gente se ha subido tristemente al carro de lo importado, algo que se entiende aún menos cuando aquí ya teníamos tradiciones interesantes al respecto. Ese Don Juan tenorio...

Saludos

Lucano dijo...

Tenéis razón. Estamos sobrados de tradiciones y mitos autóctonos, y nos ponemos a beber en fuentes extrañas sin apreciar lo propio. Muy nuestro. Muy español.

Gracias por la invitación, Berrendita ;-)