domingo, 16 de diciembre de 2007

Caldera de pasiones

Tenía ganas ya de llevar al papel, que así me imagino "El nombre de los días", mi faceta de corresponsal en el Helmántico todos los domingos y sábados de guardar, como fue ayer. Eso sí, tengo la duda de si fui corresponsal en el Helmántico o enviado especial a Beirut (vale, exagero), al menos hasta el minuto 12 del partido que enfrentaba a la Unión Deportiva Salamanca con el Real Sporting de Gijón. A ello voy.

Le tomo el título prestado a Carlos Toro: no me investigará y sangrará la SGAE, como mandan sus cánones, ¿verdad? Magnífico ensayo ese "Caldera de pasiones" sobre el fútbol, con todas sus grandezas y sus miserias, que son bastantes. Porque cuando unos pocos hacen del partido su batalla, o su excusa para divertirse molestando, terminan por aguar la fiesta que es y siempre ha sido para los demás. Así, los diez o doce individuos que nos tocaron en suerte a los abonados unionistas de Preferencia más próximos a Fondo Norte, es decir, en la zona del graderío donde se alojó la "mareona" gijonesa. No eran más de una docena quienes permanecían de pie y nos impedían ver parte del terreno de juego, y del juego, que es por lo que pagas, no por verles la espalda. Como era partido de alto riesgo (¡qué mal suena esto!), había policías nacionales por doquier y les rogamos una ayuda, pues a razones y educación no atendían las criaturas. Pues bien, el señor agente me dijo que nos cambiáramos de asiento (¡¡de nuestro abono de quince temporadas!!). Otro policía sí logró que los chavalotes se pusieran más arriba, donde había espacio libre, a nuestra espalda. Pero fue a peor la cosa y por no soportar sus mofas nos "exiliamos" en el minuto 12. Justo para celebrar con tranquilidad en el 15 el gol (se lo metieron ellos, pero también valen) de la Unión. Lástima que el enésimo fallo defensivo de la temporada (ya nadie es capaz de llevar la cuenta) les concediera el empate justo antes del descanso.

Con 1-1 y reparto de puntos concluyó el partido, no brillante pero sí repleto de emoción, de acometidas al área y de ocasiones de gol. Isaac Jové y Zé To las tuvieron para el equipo charro, y Quique Martín, que no las tiene pero se las lleva inventando muchos años. Nos faltó la clarividencia de Jorge Alonso, ausente por sanción, llevando la manija del encuentro, pues las pérdidas de balón provocaron muchos sustos en nuestra portería. Incluso en el tiempo de descuento casi se cumple la máxima balompédica: "Córner mal sacado, gol en contra". Barral despejó de cabeza en su área y a los pocos segundos, después de recorrer casi noventa metros, perdonó ante Pagola, que aguantó lo indecible hasta recibir mansamente el balón rodilla en tierra. En fin, una guinda heroica para un partido de los que, por lo vibrante, hacen afición.

De siempre en Salamanca la afición más querida ha sido la del Sporting, por lo numerosa (ayer casi cinco mil personas), lo festiva y lo deportiva que siempre fue, y creo que sigue siendo. Ojalá dejen de exportar cafres como los que padecimos el primer cuarto de hora; ojalá dejemos de exportarlos también nosotros, que por desgracia ningún club está libre de esta calaña. Ah, y me pregunto cuándo se decidirán por fin los burócratas de los múltiples comités y comisiones contra la violencia a establecer controles de alcoholemia en las puertas de los estadios, porque a los aficionados pacíficos no nos dejan meter termos de café o tapones de botellas de agua y sin embargo entra cada uno de unas maneras...

Volviendo a ayer: el lanzamiento de objetos continuado (¿podrán afrontar las maltrechas arcas blanquinegras tanta multa?), los cánticos insultando a la Policía Nacional (¿dónde ha quedado el respeto a la autoridad?), el insoportable "Unión de paletos" (¡pero si vienen a estudiar a Salamanca muchos de ellos!)... no son aceptables. Quizá algún siglo de estos (llevan una década con ella) hagan verdad su cantinela ("Porque este año subimos a Primera, y pobre del que quiera robarnos la ilusión") y dejen de venir, o sea al revés y quien ascienda sea la Unión, o mejor, subamos los dos (¡ojalá!) y vengan más aún, pero en cualquier caso queremos seguir siendo amigos y así es un poco díficil. Otro día haré crónica unionista de verdad, pero hoy necesitaba el desahogo.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Despues de muchos intentos tenía que llegar el momento en que pudiera escribirte y decir ¡¡Arriba esa Unión!!. Y, tras escuchar varias conversaciones, he llegado a la conclusión que he de rogar todas las noches por la íntegridad de algunos cuerpos al finalizar esta temporada.

Anónimo dijo...

¡¡¡Hala UNION!!! (con mayusculas q la entidad lo merece). Escuche decir una vez q no habia nada mas grande q ser de la union y la verdad esq estoy totalmente de acuerdo.

Un saludo compañero sufridor de preferencia y ya sabes q partes estoy dispuesto a sacrificar y pq motivo xD.

Lucano dijo...

Que Fer (otro lector pero no escritor) y yo apostemos extremidades varias en plan jocoso por cada logro blanquinegro (o por cada descalabro blanquivioleta, con perdón a los amigos pucelanos) no es muy edificante, de acuerdo, pero es que... ¡¡¡la Unión es lo más grande!!! Gracias en todo caso por tus desvelos, oraciones y visitas, querida Arnea. ¡Bienvenida! Un beso.

Lucano dijo...

Qué simultaneidad, Virgen Santísima. Me retracto: Fer también escribe.

Como se ve, estamos concordes y unánimes: corazón y alma unionistas. Siempre grandes. ¡Hala Unión!

Y hasta aquí, que acabaremos cantando el himno y no hemos "tomado", como dicen en Méjico. "El Helmántico se llena de gritos de la afición, cuando el equipo volcado lucha y brega con amor..."

Alfredo dijo...

Querido Tomas, como megustaria poder tener tu misma ilusión con la UNION, me encantaria, pero hace mucho tiempo que me la quitarón
Aun asi,¡ Hala UNION !

Lucano dijo...

Seguro que la recuperas, porque fue grande tu ilusión: ¡¡estuviste en Albacete!!

Un abrazo y ¡HALA UNIÓN!

Ana Pedrero dijo...

¿Un consejo? Tirad para el Carranza. Aquello sí que es un templo. Y ya para siempre mi corazón será amarillo.

Besazo.

p.d. ¿Te acuerdas, Tomás, de la noche del 15 de febrero??. El Salamanca venía a Cádiz. Y mi corazón estaba más berrendo que nunca. Otro beso.

Lucano dijo...

Me acuerdo, me acuerdo, ¿cómo olvidar aquella noche? Y yo te dije que además de la amarilla llevases una bufanda blanquinegra.

Algún día tendré que ir al Carranza, allí donde se producían milagros cada primavera, y yo los conocía en mis primeras tardes de "Carrusel Deportivo", cuando el Cádiz estaba desahauciado y conseguía, por arte de magia, quedarse en Primera.

Parece que estoy viendo las páginas del Cádiz en mi primera colección de cromos de la Liga: Szendrei, Carmelo ("el Beckenbauer de la Bahía", que antes había jugado en la Unión), Juan José, Barla, el jovencísimo Kiko, y el arte de magia se debía a Mágico González, claro. ¡Ese Cái, oé!