martes, 20 de mayo de 2008

Asomándome al balcón

Es un balcón de muchas horas por delante. Días, semanas, meses. Años (que serán trienios). El horizonte es sólo el telón que oculta el resto de la realidad, "el límite visual de la superficie terrestre, donde parecen juntarse el cielo y la tierra". Se trata de un abrazo misterioso que desde el balcón de Toro iguala misterio y hermosura. El Duero marca el rumbo, aguas abajo, trazando una curva decidida pero suave. Un rumbo percibido en el último día de las vacaciones, víspera de rúbricas de mañana y sorpresas de mediodía, de regreso en la tarde a los lugares comunes pareciéndome nuevos, distintos, recobrados, asomándome a su balcón para disfrutarlos aún más. Suma de tiempos y espacios. Magnitudes revueltas. Mudanzas y nostalgias. Teatrillos y verdades como puños. Balcones engalanados para asomarse los martes de primavera, evocando momentos grandes y pequeñas cosas. Me asomo y dejaré algún nombre de día en el tintero, hasta que en la nueva casa pueda seguir asomándome.

5 comentarios:

Félix dijo...

Hace unos meses fue una terraza con vistas. Unas vistas que, aun en su belleza, rememoraban tragedia.
Hoy, tu balcón se asoma al Duero, donde una curva hace que se pierda en el azul de la esperanza, en el futuro de los trienios. Asómate y disfruta de la vista en martes de primavera sin olvidar vistas y nombres en ningún tintero.
Cordialmente,
Félix

Lola dijo...

Vistas que tienen color azul ;) presagio y señal de buenas nuevas.
Carpe diem, Tomás
"veloz el tiempo vuela
este flor que hoy admiras
mañana estará marchita"

Disfruta, sonríe...

Lucano dijo...

Félix, Lola, así lo haré: disfrutaré asomándome, sonreiré, y procuraré tener siempre a mano pluma y tintero.

CNTRPLT dijo...

Los balcones a los que se asoma gente de manera inesperada continuarán, y también los teatrillos, pero sobre todo las verdades como puños.
Un beso.

Lucano dijo...

Y los buzones, y las sorpresas, y los autobuses, y las mesas puestas, y los viernes... Otro beso.