domingo, 28 de septiembre de 2008

Besar la Cruz

Me parece que han pasado siglos desde que salí del hospital, entrada la mañana del sábado, y poco me falta para volver a las Urgencias del Virgen de la Concha, que se me acumulan las guardias antes de tomar las vacaciones el viernes próximo. Siglos me parecen porque han ocurrido muchas cosas (la última, la fiesta del Helmántico, pues la Unión encabeza la tabla de Segunda: tenía que decirlo). Vuelvo al sábado. Un desayuno raudo y una ducha veloz para plantarme como nuevo (o casi) en el Colegio Universitario, donde asistí a las últimas ponencias del IVº Congreso Internacional de la Vera Cruz y, aunque se trataba de una cita más académica, empecé a reencontrarme con las sensaciones de hace siete otoños en Ponferrada o de hace cinco en Pontevedra, reuniones de cofrades que dialogamos, compartimos, proponenemos, exhibimos, presumimos, lamentamos, y terminamos por concluir siempre que nos gusta mucho la Semana Santa y que nunca acabamos de lograr llevarnos bien todos los que en ella y por ella nos encontramos. La historia de siempre. Nihil novum sub sole. El Congreso declinaba y se transformaba en Peregrinación cuando llegaba a Zamora el Lignum Crucis de Santo Toribio de Liébana, reliquia de las montañas y de los siglos, de los besos eternos y las plenarias indulgencias, acogida con gran solemnidad en el precioso templo donde se custodian los restos de los santos Atilano e Ildefonso. De las Vísperas allí al concierto de Alollano en la Catedral, y de la seo a buscar y hallar el descanso del "guerrero cofrade", que esto de peregrinar es agotador, ¿verdad, Alberto? Todavía quedaba el domingo, que vistió de rojo y morado los pies del Calvario, y bajo palio brilló el Árbol de la Vida por las rúas zamoranas, serpenteando sus ramas en forma de banderas que desde el Norte y el Sur habían acudido a su llamada. Vexilla Regis prodeunt: fulget crucis mysterium qua vita mortem pertulit, et morte vita protulit. Y el Rey nos hizo sitio en la Mesa del Pan y la Palabra, para que besando la Cruz le besáramos a Él esta mañana en Zamora.

5 comentarios:

Alberto dijo...

Así es, unos días agotadores que serán luz para nuestra historia como cofrades. Mucho habrá que decir de estos días, pero siempre quedará en el corazón un regusto a bueno, a perdurable, a amistad, a oración. Bajo el árbol de la Cruz, nos acojemos a la buena sombra, amigo.

Un fortísimo abrazo.

GangasMIR dijo...

Me admira tu fe, la naturalidad con la que la describes, tan incardinada y entremezclada con el resto de tus cosas.

Nunca te había dicho nada desde que te tengo mirentrelazado, no sabía como expresar ese hecho llamativo para mi que soy tan dado a la duda.

Mi admiración por tu coherencia entre tu fe y su expresión pública que tan bien expresas y redactas, con mesura exquisita y suave firmeza, en tus entradas.

Félix dijo...

Provechoso fin de semana. Cansado pero disfrutado. Me alegro. Por tí y por todos vosotros.
Cordialmente,
Félix

Víctor L. Gómez dijo...

Tomas, como ya he expresado en el blog de Alberto han sido unos días inolvidables.

Me quedo con las pequeñas cosas y sobre todo con vuestra visita.

Confieso que tengo cierta pena, pero esto sigue y hay mucho que hacer en veracruz (todo seguido), jejeje.

Un fuerte abrazo. Víctor

Lucano dijo...

Alberto, horas intensas y la mejor sombra. Paz y Bien.

Gangas, gracias por tus palabras, y por percibir naturalidad en las mías cuando expreso la fe. Un abrazo "mirentrelazado".

Félix, seguro que compartiremos alguno que se le asemeje. ¡Hasta pronto!

Víctor, a seguir caminando en la "Veracruz". ¡Somos azules!