lunes, 2 de febrero de 2009

Se busca

En una fiesta de esas que se organizan para celebrar que te han premiado con un Goya hubo quien lo perdió. Fue a recoger el abrigo y se enteró de que "la chica del ropero le había dado la escultura a un chico con gafas". Poco le duró la plasmación física de su alegría a Albert Solé, autor del documental "Bucarest, la memoria perdida" sobre su padre Jordi Solé Tura, padre también de la Constitución. El cineasta huérfano de estatutilla aparece en la imagen tapando los ojos de Don Francisco, no creo que para privarle de la visión de los vertiginosos escotes de los suntuosos vestidos que salpicaban el patio de butacas de una gala que no vi. Se prometía austera y dicen que resultó aburrida. No me extraña que no fuera lo primero y menos me sorprende lo segundo, porque dar listas de cuatro candidatos veintiocho veces tiene un recorrido limitado para hacer de aquello todo un espectáculo, salvo que alguien opte por dar la nota o meterse con el gobierno (ahora ya no toca y se meten con el Opus Dei, qué previsible guión). Al final de la gran noche del cine español, nos quedan las poses de las divas locales sobre la alfombra verde, muy guapas casi todas, y el tema de conversación entre la sesión clínica y el pase de visita en mi primer día en Cardiología: los Goya fueron la excusa, porque al minuto ya hablábamos de Valkiria, Revolutionary Road o El intercambio. Lástima que este año ningún título español me arrastre a las salas. Por último, debo aclarar que no soy yo el "chico de gafas" en cuestión. Yo estaba en otra fiesta.
Apostilla (4-Feb-09, 01:18) ¿Fin de la historia? Parece que sí, a no ser que sea otra como la de Wyoming: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/02/02/cultura/1233610201.html. Definitivamente, Spain is different.

5 comentarios:

Nebulina dijo...

Me acabo de enterar. Qué fuerte...
Un besazo!

davidiego dijo...

vaya, hoy hablamos de lo mismo.
lo de muchachada estuvo bien.
de acuerdo en todo lo demás.

Félix dijo...

Será tópico pero es que en el mundo de la farándula y de la noche... hay mucho mangante. Y, no. Seguro que no eras tú el chico de gafas, porque tus noches son mucho menos glamourosas que las de los que estaban en esa discoteca de Echegaray, aunque veas el alcohol casi tan cerca como ellos.
Cordialmente,
Félix

Lola dijo...

Estamos en crisis...Aunque digo yo que para qué quiere alguien un Goya si no es del mundillo cinematográfico. Más cuidado, hombre.
Ah, aparte del Goya de Carlos Therón, ya tenemos uno más, el de Isabel de Ocampo, que el domingo recogió y nombró a nuestra tierra.
Ya he visto La duda, y también Valkiria. Cine a tope. Es la época.
Un abrazo, Tomás.

Alberto dijo...

Ay, qué pena de cine español. Que una película vista por poco más de 200.000 personas se lleven tantos premios, deberían hacerles reflexionar. Pero no, el dogma por bandera. Ellos bien, los demás mal (¡antipatriotas!), y la mano extendida para la financiación pública. Y a hacer política, eso sí.