lunes, 30 de marzo de 2009

Extraños compañeros de cama

Son sólo voces más altas que otras, portazos frecuentes, discusiones en las que alguna frase se distingue, gritos sin venir a cuento. Sólo eso. "Sólo mía". Sólo suya. Gitano él y ella paya, pero la raza es lo de menos; jóvenes, muy jóvenes los dos, tan jóvenes que me parecen unos mocosos, a mí que apenas me sale la barba. Padres ya, de un niño que llora poco y ríe mucho. "¡¡¿Me vas a traer la cena o tengo que ir al McDonald's?!!". Buenas palabras en el ascensor, corrección en los pasillos del vecindario, pero puertas adentro la vida es otra. Voces, portazos, discusiones, nada más puedo pensar, pero eso es tanto que la imaginación se topa con peores formas de violencia, y le cuesta dar con razones para alejarlas de sí. Aunque esta noche la cena llegara a tiempo a esa mesa de exigencias. Son tan jóvenes mis vecinos, él y ella, ella y él, que espero también estén a tiempo de salir del atolladero de voces, portazos y discusiones en que han convertido su convivencia en la casa de al lado.

4 comentarios:

davidiego dijo...

Por el bien de todos, sobre todo del niño . Amén.

Félix dijo...

Que todo se quede en saludarles por la escalera y no llegue a ser un saludo en urgencias.
Cordialmente,
Félix

Anónimo dijo...

CNTRPLT

A ver si mañana no me topo con ellos, que el último día ya me dí un susto...

¡Qué pena tener al enemigo en casa! Y quien se supone que te va a reconfortar al final del día sólo te dé voces o malos tratos.

Un beso y ten cuidado.

Lucano dijo...

Ojalá sea como decís. Esperemos.