De pequeño, Tordesillas me sonaba a alejarme de Salamanca y padecer "veiculos longos" durante horas. Era nombre de tráfico denso y exilio. Hoy, en la era de las autovías, que a Castilla y León ha llegado cuando nos estábamos cansando de esperarla, ya me suena mejor. Este sábado recuperamos el "espíritu de Sigüenza" (o para mí, "de Atienza") y disfrutamos de la villa, que conmemora los cinco siglos de la llegada de la Reina Juana... para quedarse. Porque allí la quedaron, recluída en una locura que sabe Dios si tenía algo de tal o la causó el propio cautiverio. Destronada de todo en medio de la nada, debieron resultar eternas aquellas jornadas/décadas de Tordesillas, sin poder siquiera visitar la tumba de Felipe en el grandioso Convento de Santa Clara. El olvido se haría fuerte en las estancias de su alma, contagiadas de la frialdad de un palacio, jaula de oro para la reina de Castilla. Sería un homenaje, un tributo a su memoria, que, cuando atardecía, el águila volara a su aire, al cielo que la pobre Juana debió ansiar cada vez que se ponía el sol en Tordesillas.martes, 19 de mayo de 2009
La tristeza de una reina
De pequeño, Tordesillas me sonaba a alejarme de Salamanca y padecer "veiculos longos" durante horas. Era nombre de tráfico denso y exilio. Hoy, en la era de las autovías, que a Castilla y León ha llegado cuando nos estábamos cansando de esperarla, ya me suena mejor. Este sábado recuperamos el "espíritu de Sigüenza" (o para mí, "de Atienza") y disfrutamos de la villa, que conmemora los cinco siglos de la llegada de la Reina Juana... para quedarse. Porque allí la quedaron, recluída en una locura que sabe Dios si tenía algo de tal o la causó el propio cautiverio. Destronada de todo en medio de la nada, debieron resultar eternas aquellas jornadas/décadas de Tordesillas, sin poder siquiera visitar la tumba de Felipe en el grandioso Convento de Santa Clara. El olvido se haría fuerte en las estancias de su alma, contagiadas de la frialdad de un palacio, jaula de oro para la reina de Castilla. Sería un homenaje, un tributo a su memoria, que, cuando atardecía, el águila volara a su aire, al cielo que la pobre Juana debió ansiar cada vez que se ponía el sol en Tordesillas.
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6 comentarios:
Disfruta de la visita, del ambiente, de la locura y del vuelo del águila. Tordesillas, a la que ahora nos la han dejado a trasmano por evitar los veiculos longos, tiene eso y mucho más.
Cordialmente,
Félix
Me sorprendió mucho Tordesillas, otro lugar más para el recuerdo en el cuaderno de viajes (a ver si le das caña).
¡Pobre Juana! Cómo debía deambular por sus aposentos echando de menos a su amor, incomprendida y recluída...con una responsabilidad inmensa que le vino grande.
¿Habrá vuelto el halcón de harris con Constanza? En caso de que fuera el espíritu libre de la "reina loca" seguro que no, ¡que siga volando!
Un beso, TQ.
P.D.: ¡Viva Sigüenza y el Padre Gerardo!
Cierto, Félix. A trasmano, pero la descubrimos un poco. Un abrazo.
CNTRPLT, para mí que sigue volando, libre, majestuosamente libre. ¡Viva Atienza! TQ
Bonita Tordesillas y maravillosa vista desde el Convento- museo.
A mi me gusta visitarla el primer fin de semana de Octubre, con un mercado medieval que llena todo el pueblo. Impresionante.
Saludos.
Nunca pesó tanto una corona en manos de una reina. Un beso.
El peso de la púrpura, Berrendita. Una corona de espinas. Otro beso.
Iacobus, el otro sábado ya estaba la villa vestida de medieval, incluida demostración de cetrería, dentro de los actos conmemorativos. No obstante, nos apuntamos la sugerencia.
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