miércoles, 22 de julio de 2009

No se las lleva el viento

A estas alturas del verano, en vísperas de La Mariseca y del Mont Ventoux, a punto de honrar al Apóstol y al vencedor del Tour, resulta lógico encontrar dificultades para conciliar el sueño por el calor, pero que la razón del momentáneo insomnio sea el azote del aire sobre las entreabiertas ventanas... Al volver del hospital, cerca de casa, algunas ramas yacían en las aceras, víctimas de la ventisca. Unas cuantas horas después no cesa lo que a estas alturas del edificio, en el octavo piso, parece un vendaval. A precio de leve cefalea y de robar unas horas al descanso, le pediré al hermano viento que con los pobres brotes verdes arrastre también los sinsabores y los desencuentros de las últimas horas, que sea verdad eso tan manido de que "hablando se entiende la gente" (y yo añado "escuchando"). Le rogaré que se deje amainar por la noche en su insistente combate, esparciendo un sereno son de paz. Que disipe las disputas y desvanezca los prejuicios. Que allane los senderos. Que despeje los horizontes. Que sea, en fin, un soplo del Espíritu, y nos deje las palabras, y que éstas beban en las del único que las tiene de Vida Eterna.

4 comentarios:

Félix dijo...

Mucho le pides tú al viento. Ése que, cuando está en calma pasa completamente desapercibido pero que en cuanto se comienza a moverse hace temblar todo a su paso.
Insomnio que tiene la disculpa del viento. Viento que provoca cefalea. Palabras que se las lleva el viento.
Un paracetamol y a dormir, que mañana será otro día y verás salir el sol con el viento en calma.
Cordialmente,
Félix

Lucano dijo...

No hizo falta el paracetamol ;-) Y el viento, como aventurabas, dejó de dar la tabarra, aunque bastantes pacientes nos ha traído hasta Urgencias: una hora más, y a casa. Un abrazo.

Ana Pedrero dijo...

El viento, seguro, ha escuchado tu petición. Y Dios, allá arriba, moverá el viento para que sople y vuelva después la calma.

Así también te lo deseo yo.

Un beso, hermano.

Lucano dijo...

Yo creo que sí, después de todo... Otro beso.