lunes, 5 de octubre de 2009

Soplen serenas las brisas

Hace un rato escuché en un telediario cómo la esposa de uno de los tripulantes del pesquero Alakrana (bajo bandera española, aunque no la luzca), secuestrado en el Índico, decía que no era momento de "soldaditos valientes" sino de "negociar" con los secuestradores. Es su palabra una palabra de inquietud, de sobrecogimiento, entendible dada su relación familiar, pese a ese tono despectivo inaceptable, pero no puede ni debe ser la palabra final. Este pesquero, cuando fue secuestrado, se encontraba fuera del perímetro de seguridad cubierto por la fragata Canarias, según el Gobierno. La nave militar avisó a los cuatro pesqueros adentrados en aguas de riesgo y la primera respuesta que obtuvo del Alakrana fue bastante tiempo después, para alertar de que les estaban atacando los piratas. Eso dice el Gobierno. Oigo en la radio que los familiares niegan que el pesquero saliera de las aguas protegidas por la fragata. Espero que se aclare una vez gocen los secuestrados de la libertad, sanos y salvos, que la verdad se sepa, pero me detengo en otro punto del debate, y es la cuestión de la protección militar de los barcos civiles. Leo que el Ministerio de Defensa no autorizó la presencia de infantes de Marina en los pesqueros, con muy buen criterio en mi opinión, aunque les permite llevar seguridad privada y fusiles de largo alcance. Esto indigna al portavoz del PNV en el Congreso. Me pregunto si también habrá protestado porque el barquito no lleve la misma bandera que juraron los infantes de Marina que ahora necesita sino la tricolor enseña de su partido, adoptada como símbolo de su hermosa región. De momento, y ante esta triste discordia, ante esta egoísta incoherencia, triunfa otra bandera, la negra de los piratas cojos, con cara de malos: un par de tibias y una calavera. La bandera de la muerte y del terror, la que impera en Somalia, tierra adentro. Pero eso no es noticia.

7 comentarios:

davidiego dijo...

lo discutía ayer en la comida de la guardia:

+ el Bakio SÍ navegaba con la cruz verde de San Andrés cruzada con la blanca sobre fondo rojo. Sospechaba yo que el Alakrana seguiría los mismos pasos.

+ una hija de un marinero SÍ reconocía en la radio que faenaban fuera del perímetro, porque si todos pescan en el mismo sitio no recogen nada.

+ por 30 tripulantes, 15 de ellos de este Estado, como dirían los que se aferran a la tricolor renegando de la rojigualda, no merece la pena dispositivo alguno, ni aunque fueran Grandes de España.

en resumen,

+ el que allí va, sabe a lo que va, y lo siento mucho, no tengo por qué pagar sus negocios igual que si me pierdo en la montaña el equipo de rescate me pasa la cuenta de reparar mi inconsciencia.

+ por qué tanto miramiento con unos pobres muertos de hambre somalíes, estamos en aguas internacionales, lejos de tierra, y no creo que nadie los eche de menos si una bala los revienta.

+ ahora resulta que van a traer a España a los piratas, a juzgarlos... amén. Más rápido que en patera.

o soy un xenófobo irremediable, o un rojigualdo exaltado o no entiendo nada.

y luego dicen que el pescado es caro.. que no hubieran esquilmado los caladeros cercanos a su puerto base.

Alberto dijo...

Una cuestión muy complicada... Algunos se acuerdan de España como de Santa Bárbara, solo cuando truena. El Gobierno tiene un problema muy complicado y espero que encuentre una solución. Lo que no puede ser es que los piratas teman a Francia y a Italia y a España no. Y lo que no puede ser tampoco es que los pescadores hagan lo que les de la gana. Y pagar todo rescate que se ponga por delante es comprarles a esos delincuentes rádares para localizar nuestros barcos y comparles armamento para secuestrar a nuestros pescadores. Ahora toca dar una solución y rescatar a esos españoles que están en peligro, pero se debe dar una solución para que esto no pase más.

Un abrazo.

Lucano dijo...

Es que negocio, seguridad, independencia, pacifismo, enriquecimiento, solidaridad y el resto de la lista no parecen ingredientes que vayan a llevarse bien. Complicada cuestión. Poco serenas las brisas que soplan de momento.

Vitote dijo...

Ojalá fueran tan amigables como el pirata de Sabina...

Lo cierto es que no me gustaría ser el secuestrado pero tampoco debe de ser plato de gusto dirigir una operación de asalto o simplemente ser ministro de defensa ya que hagas lo que hagas esta gente no tiene nada que perder y son imprevisibles, y los demás tienen mucho que perder.

En este país parece que todo el mundo es despreciable hasta que se demuestre lo contrario...En definitiva, sólo hay unos perdedores, los contribuyentes, que ni han faenado donde nadie les mandaba, ni han secuestrado a nadie y quizás ni siquiera se hayan enterado de la noticia...pero pagarán el montante correspondiente.

Claro que aunque yo soy más de pagar en "oros" como dicen los emigrantes de Francia, que en vidas, me parece ridículo que ni siquiera se haya planteado el uso de la fuerza. A mí el antimilitarismo injustificado me saca de quicio y el pacifismo de salón más. Que un comando de las COES tome un barco no me parece iniciar la tercera guerra mundial¿Tan poco confiamos en los nuestros?

Triste y ridículo, como muchas veces son las decisiones de este país, sea quien sea quien dirige el cotarro...¿será la genética?¿será que la vara es como el traje negro de Spiderman y se adueña de quien la toca?¿será que estoy escribiendo un comentario demasiado largo?Quién sabe...

A cuidarse

Lucano dijo...

"Al alba, y con fuerte viento de levante..." ;-) España es incomparable, para bien y para mal.

Alfonso Carlos dijo...

Pues yo estoy a muerte con la general pescanova ( lease la ministra de defensa ).

Eso de usar las fuerzas de seguridad del estado para las cuestiones del Bang Bang, contra los desnutridos somalies esta mal visto, oiga usted.

Que dirian algunas oeneges humanitraias, al desayunar con la noticia que hemos metido un kilo de metralla a un escualido moreno entre pecho y espalda.

Que llevase un bazoka en un brazo, un lanzagranadas en el otro y varios cargadores HK calibre 5,56 es lo de menos. Criatura

Lucano dijo...

Le falta un anorak amarillo, como el de nuestro amigo Félix.

Yo me sigo quedando con los desdichados piratas de Astérix y los pacíficos del barco de Playmobil.