martes, 26 de septiembre de 2006

Camino Soria

Camino Soria me ha llegado una voz añorada y como siempre entusiasta; y pensar que no la reconocía en el primer instante... Pronto las interferencias me hicieron imaginarla en ruta, para no perder la costumbre. El eco de esa voz me acuna esta noche, y salpica de verdor inesperado los primeros sueños del otoño. Don Antonio, con la venia...






Antes que el río hacia la mar te empuje

por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también hacia la luz y hacia la vida
otro milagro de la primavera.


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