sábado, 28 de octubre de 2006

Los Diecisiete de Guanajuato


¿Alguien tiene debilidad por el 17? Es una cifra rara, número primo e insulso. Estaba pensando que, a mayores, no conocía a nadie nacido en 17, pero al llegar a diciembre me he acordado de Mercedes y Juan Carlos, así que no me vale el argumento.

A lo que voy, Los Diecisiete de Guanajuato nos despedimos en la estación de autobuses de la Ciudad de Méjico, un 2 de agosto de 2005, y no hemos vuelto a vernos. ¡Tiene delito! Hace justo un año, en estos días, pretendíamos celebrar el primer reencuentro, en Asturias, pero no hubo manera. Todo ha quedado, por el momento, en felicitaciones navideñas, de cumpleaños, y algún sms esporádico. Fue bonito mientras duró. Lejos de casa, pronto nos sentimos cercanos, cómplices, felices. Se sucedieron los buenos momentos, las comidas compartidas en el hospital, los juegos y tertulias en el hotel... Algo ha quedado en el "Cuaderno de Méjico". Algo llevaré siempre dentro y rima con "diecisiete".

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No sabes la ilusión que siento en este momento... me ha encantado leer eso... y sobretodo saber que yo era parte de "los 17 de Guanajuato", fue simplemente genial... os echo de menos... me encantaría que nos volviésemos a juntar en algún momento, ver en las cosas en las que hemos cambiado, y en las que seguimos siendo los mismos que nos conocimos en el húmedo Méjico.

Sé que nos veremos, estaremos en un hostal compartiendo cuarto... y nos pondremos al día de nuestras cosas, apartando agobios, estudios y todo lo que nos impida disfrutar.

Con mucho cariño, Ana (desde Granada)

Lucano dijo...

Con el mismo cariño, Ana, yo también sé que volveremos a encontrarnos...

Anónimo dijo...

holaaaaa!!!! jejejeje si algun dia nos volveremos a juntar..de exo me lo prometiste ese mismo dia en ese mismo lugar de la foto...solo k abajo de la piramide jejeje
un besiño
de momento yo me vuelvo oraleeeee wey

Lucano dijo...

Lo prometido es deuda, y más si la promesa se hizo en paraje tan frecuentado por esas divinidades teotihuacanas tan acostumbradas al sacrificio, jeje.