miércoles, 18 de octubre de 2006

¿Qué hace un estudiante como yo en un hospital como éste?

Las prácticas de hospital darán para muchos post, y qué mejor que abrir fuego en el día de San Lucas, venerado patrón que se festeja con plantas hasta arriba de ingresos e interminables consultas, por supuesto. Digo abrir fuego porque situaciones y personajes en el punto de mira no iban a faltar. La toma de contacto con los pacientes para el estudiante de Medicina suele consistir en un par de semanas en la planta de Interna y otra más yendo a quirófanos y consultas de Cirugía General, todo esto en 3º, cuando lo más clínico que has visto son delecciones cromosómicas a través del microscopio y alguna que otra curiosidad por el estilo. Entonces te cuentan los pasos para hacer una buena historia clínica, las preguntas obligadas y las claves imprescindibles en la exploración. Aquello es impresionante: la bata impoluta, el fonendo que te echaron los Reyes en las navidades de 1º y ahora estrenas, esa libreta donde apuntas todos los detalles para tu flamante cuaderno de prácticas...

... en 6º te vuelven a explicar la historia clínica y la exploración por enésima vez, aunque nunca te hayan dejado a solas con el paciente, sigues anotando en la libreta datos para un cuaderno de prácticas que a saber si alguien lee, y hay mañanas en que ya no sacas el fonendo de la cartera porque sabes que o no te van a dejar auscultar o lo que vas a oir todavía no eres capaz de identificarlo, y buena gana de pasar un mal trago.

En fin, este tono quejumbroso se debe a que Digestivo es un caos y a que me estoy leyendo "La casa de Dios", de Samuel Shem. La verdad es que no he tenido muy mala suerte en la carrera con los profesores de prácticas, que pese a la burocracia, las prisas y todo lo demás, algo de caso me han hecho, y algo habré aprendido. ¡Confiad en mí, eh! Y más que en el hospital, buscadme en los pueblos; cuanto más lejos del mundanal ruido de las atestadas salas de espera, mejor.

¡Viva San Lucas! ¡Viva Medicina! ¡Muera Derecho!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Illo, illo, illo!!!
Brindemos por el 'derecho' a la vida de los asnos, especie en peligro de extinción, y por el futuro médico que me recomendará un buen oncólogo cuando, causa de radiación este al borde de la metástasis, por mucho que mi dosímetro diga que estoy fresco cual simple lechuga brotando en cualquier huerta del siglo XVI.