domingo, 27 de mayo de 2007

Vigilia de Pentecostés

Fuego. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y posaron sobre cada uno de ellos, quedando todos llenos del Espíritu Santo. Pregón. Que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Pues la promesa es para vosotros, para vuestros hijos y para cuantos llame el Señor, Dios nuestro. Corro. Los que acogieron su Palabra fueron bautizados. Aquel día se les unieron tres mil almas. Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones. Todos los creyentes vivían unidos y tenían todo en común. Vendían sus posesiones y sus bienes y repartían el precio entre todos, según la necesidad de cada uno. Acudían al templo todos los días con perseverancia y con un mismo espíritu, partían el pan por las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón. Alababan a Dios y gozaban de la simpatía de todo el pueblo. Camino. Enviados por el Espíritu Santo, bajaron a Seleucia y de allí navegaron a Chipre. Llegados a Salamina anunciaron la Palabra de Dios. Al volver, reunieron a la iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo se les había abierto a los gentiles la puerta de la fe. Martirio. Cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar, porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros...

¿Regresará la Iglesia de hoy al cenáculo, a la pobreza y a la sencillez de corazón, y nosotros con ella? ¿Reconquistará la alegría del corro, el ímpetu del pregón y la constancia en el camino? ¿Sabrá comprender el fuego y el martirio abandonada en las manos de su Señor? Cada Pentecostés, tiene que renacer del costado de Cristo y beber del agua que quita la sed para siempre. Saberse imperfecta y diversa. Esforzarse en la acogida. Ser verdaderamente asamblea. Abrirse al hombre de hoy, que es imagen de Dios, e interpretar los signos de los tiempos a la luz de la Providencia. La Iglesia en la que creo y a la que amo.

3 comentarios:

Alberto dijo...

AMÉN.

Anónimo dijo...

"... y gozaban de la simpatía de todo el pueblo. Camino. Enviados por el Espíritu Santo, bajaron a Seleucia y de allí navegaron a Chipre. Llegados a Salamina anunciaron la Palabra de Dios. Al volver, reunieron a la iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo se les había abierto a los gentiles la puerta de la fe. Martirio. Cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar, porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros..."

Espero q hoy algunos en algún momento seamos bendecidos con la posibilidad de ser sus testigos, espero q asi sea...

Ójala hoy el cristianismos estuviera mejor visto y entendido

Un besote

A riesgo de repetirme :) ya te dije q me gusta tu pagina-web??? ;)sui

Lucano dijo...

Alicia, me alegra que te guste. Y ojalá sea como dices.