jueves, 5 de julio de 2007

Flanagan Revival

Recuerdo nítidamente cómo aquella novela, recomendada por la profesora de Lengua en no sé qué curso de eso de la E. S. O., la compré una mañana de otoño en una librería de viejo que había en la calle Arapiles, mucho antes de incorporar estos pagos a mis andanzas diarias. No imaginaba que al llevarme "No pidas sardina fuera de temporada" estaba dando la bienvenida a un amigo que me acompañaría durante toda la adolescencia y más allá. Me refiero a Juan Anguera, es decir, a Flanagan, porque así se llaman todos los detectives. Tras disfrutar aquellos maravillosos años con héroes británicos (Los Cinco) y franceses (Asterix, El pequeño Nicolás), todos ellos alejados de la ciencia ficción y de la fantasía predominantes, por fin un héroe nacional, el bueno de Flanagan, también de carne y hueso, tan de andar por casa aunque sea más bien criatura de calle. Porque el extrarradio de Barcelona es su hábitat y la intrepidez, su cara y su cruz al tirar al aire la moneda de los casos por resolver. Nunca le atribuí mi edad, le hacía más mayor, quizá por mantener las distancias con sus episodios a vida o muerte, demasiado peligrosos cuando se lee en la placidez de las sábanas invernales o las terrazas estivales. Nunca me vi surcando con él avenidas de gran ciudad en plenas pesquisas, ni apostado en actitud de espía, ni siquiera entrando en el bar de sus padres o en el patio de su instituto, pero le tomé por amigo íntimo, incluso con la licencia de enamorarme de sus novias (¡vuelve, Clara Longo!). Y le admiré en su ingenio y su descaro a partes iguales. ¿Verdad que vamos a quedar con él este verano, David? No hay más remedio, porque de vez en cuando vuelve por donde solía, por sus fueros de héroe juvenil, el Flanagan que llevamos dentro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí Towi, sí...este verano que poco a poco va menguando habrá que aprovechar para revivir y disfrutar un poco de esos relatos de Andreu y Jaume que tanto hicieron volar nuestras mentes a tierra de culés poniéndonos en la piel del audaz detective Anguera.
Tenemos que buscar los 7 libros como si de los siete anillos de los Señores Enanos (del Señor de los Anillos) se tratasen, y devorarlos con ansia en los momentos de asueto y relax en nuestro particular y trepidante fin de carrera, ¡a 2 asignaturas de licenciarnos!
Un abrazo

PD: quizá debieramos buscar también algo del tal Philip Marlowe, podría estar interesante ;D

Lucano dijo...

Por buscar que no quede, y por leer, menos. Yo rebuscaré en las cajas de los libros escogidos hambriento por releer. Y a por ese último título "Yo tampoco me llamo Flanagan", que nos va a alegrar el verano. Es un indicio clarísimo. Abrazos flanaganianos.