 ... del almendro de nata te requiero. Me requiere. Me llama. Volveré allí mañana después de mucho tiempo. A mi huerto y a mi higuera, a mi nogal de la sombra inmensa y al fresno junto al camino. A los cerros de los tomates y las lechugas frescas embebidos del sol y de la luna; a la tierra santa y buena desbrozada con el corazón y fecunda por los esfuerzos, por los sudores regada y por las ilusiones fértil. La tierra de los mayores reconquistada en vergel a la orilla del Huebra, agua de huertas y dehesas que calma la sed de los toros y de los hombres, que se transverbera en fruta y en espigas, en vino y en pan. Recorreré las veredas deteniéndome en cada árbol, en cada seto, en cada rosal. Sin prisas ahora. Por fin. Que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero.
... del almendro de nata te requiero. Me requiere. Me llama. Volveré allí mañana después de mucho tiempo. A mi huerto y a mi higuera, a mi nogal de la sombra inmensa y al fresno junto al camino. A los cerros de los tomates y las lechugas frescas embebidos del sol y de la luna; a la tierra santa y buena desbrozada con el corazón y fecunda por los esfuerzos, por los sudores regada y por las ilusiones fértil. La tierra de los mayores reconquistada en vergel a la orilla del Huebra, agua de huertas y dehesas que calma la sed de los toros y de los hombres, que se transverbera en fruta y en espigas, en vino y en pan. Recorreré las veredas deteniéndome en cada árbol, en cada seto, en cada rosal. Sin prisas ahora. Por fin. Que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero.viernes, 20 de julio de 2007
A las aladas almas de las rosas...
 ... del almendro de nata te requiero. Me requiere. Me llama. Volveré allí mañana después de mucho tiempo. A mi huerto y a mi higuera, a mi nogal de la sombra inmensa y al fresno junto al camino. A los cerros de los tomates y las lechugas frescas embebidos del sol y de la luna; a la tierra santa y buena desbrozada con el corazón y fecunda por los esfuerzos, por los sudores regada y por las ilusiones fértil. La tierra de los mayores reconquistada en vergel a la orilla del Huebra, agua de huertas y dehesas que calma la sed de los toros y de los hombres, que se transverbera en fruta y en espigas, en vino y en pan. Recorreré las veredas deteniéndome en cada árbol, en cada seto, en cada rosal. Sin prisas ahora. Por fin. Que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero.
... del almendro de nata te requiero. Me requiere. Me llama. Volveré allí mañana después de mucho tiempo. A mi huerto y a mi higuera, a mi nogal de la sombra inmensa y al fresno junto al camino. A los cerros de los tomates y las lechugas frescas embebidos del sol y de la luna; a la tierra santa y buena desbrozada con el corazón y fecunda por los esfuerzos, por los sudores regada y por las ilusiones fértil. La tierra de los mayores reconquistada en vergel a la orilla del Huebra, agua de huertas y dehesas que calma la sed de los toros y de los hombres, que se transverbera en fruta y en espigas, en vino y en pan. Recorreré las veredas deteniéndome en cada árbol, en cada seto, en cada rosal. Sin prisas ahora. Por fin. Que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero.
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3 comentarios:
"Tu corazón, ya terciopelo ajado, llama un campo de almendras espumosas mi avariciosa voz de enamorado....". Inmenso Hernández. Llévate tu cuaderno y síguenos escribiendo en el alma al pie del almendro de nata; en la tierra de tus mayores, en la tierra de los recuerdos, los olores y los veranos. Alimentando este rayo que no cesa.
Un abrazo.
Como si mañana San Muñoz fuera Orihuela. Para seguir queriendo con vosotros.
¡Descansa y coge fuerzas, amigo!
Un fuerte abrazo.
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