viernes, 28 de diciembre de 2007

Los santos inocentes

Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once, cuarenta y cinco, cuarenta y seis, cuarenta y siete...

Los ojos de Azarías se iluminan cuando atiende su "quia" la milana bonita, que contempla desde el aire tan puro y tan sucio del cortijo la inocencia de los siervos y la ira caprichosa de los amos. En él se ha consumado la pureza de la justicia hermanándose con la suciedad de la muerte. Un inocente que tira de la soga alrededor del cuello de un culpable. La sublimación de un instinto bajo confundido con un ideal elevado. La España profunda, y un poco las dos Españas. El pan de los pobres, tan pobres, tan agradecidos, tan inocentes. Tan silenciosos, como le advierte Régula a su hija Nieves cuando marcha a servir: "En esa casa, ver, oir y callar". Sólo queda traducir los alaridos de Rosarito, la mayor pero La Niña Chica por su pequeñez, por la fragilidad de su cuerpo enfermo pero vivo; o las miradas desconcertantes de Quirce; o los andares de Azarías, presto para orinarse sus agrietadas manos, para llamar a la milana, para contar hasta diez, once, cuarenta y cinco, cuarenta y seis...

El Pan de vida que es motivo de escándalo cuando Nieves deja de callar y dice que quiere tomar la Comunión. Porque según los ricos, los pobres sólo tienen derecho a las migajas de su mesa, al pan de muerte de su soberbia, a tener hambre de pan pero no de Dios.

En silencio, en humillado silencio, Paco el Bajo rastrea como un perro la última pieza cobrada por el señorito Iván y una bandada de zuritas, profetizando el juicio tan silencioso como sumarísimo de la inocencia, surca un cielo impregnado de santidad.

Imprescindibles la novela (Miguel Delibes, 1982) y la película (Mario Camus, 1984). Disfrutadlas, por ejemplo hoy, en su día.

7 comentarios:

Ana Pedrero dijo...

Milana bonita, milana bonita.... qué tierno, por dios!!

Preciosa entrada, como todas las tuyas. Un beso.

Lola dijo...

Qué razón tienes, Tomás. Qué gran película. Qué grande Paco Rabal y su milana bonita como dice berrendita, y qué dureza, qué seentimientos más al aire, sin rebordes. Qué fotografía y qué música. Y qué pobreza en sus personajes, y qué joya del cine español.
El libro, pues qué voy a decir yo de Delibes...en fin que una gran opción para recuperar una de las mejores películas del Cine Español.
Se agradece este comentario tan acertado, Tomás.
Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Me uno a los elogios de la mirada rural de Delibes: rudo, pero no tosco; con una sintaxis especial, natural diría yo. Todavía me sobrecoge la furia por la milana, que no hace otra cosa sino reflejar aquello que todos frenamos conscientemente: la pasión. La pasión, algo tan humano, en un día de estas hermosas fiestas dedicado a estos inocentes... los seres humanos.

Víctor L. Gómez dijo...

No he leído el libro, pero la película me cautivo y me sigue fascinando cada vez que la veo. Probablemente sea uno de los largos que mas veces he visto.

Genial blog, eres polifacético...

Feliz año nuevo Tomas!!!

Lucano dijo...

Yo también conocí antes la película, pero no dejes de leer el libro. Es la adaptación cinematográfica de una de sus obras que más ha agradado a Delibes, y han sido muchas, varias de ellas muy notables.

Ana dijo...

Gran libro, Gran pelicula.. no hay ni un comentario que no hayas hecho de forma soberbia.. a mi Miguel Delibes me gusta mucho, y dime.. leiste el camino?.. espero que si, si no es así te lo recomiendo!
Un saludo.

Lucano dijo...

Ana, ¡bienvenida! También soy muy de Delibes. Me uno a tu recomendación.