martes, 22 de enero de 2008

Ginkgo biloba

Reino Plantae. División Ginkgophyta. Clase Gingkoopsida. Orden Ginkgoales. Familia Ginkgoaceae. Género Ginkgo. Especie G. biloba. La taxonomía pone de manifiesto lo solo en el mundo que se encuentra este árbol, sin parientes conocidos. Los Magos se lo echaron a papá y esta tarde fuimos a abrir el regalo, que por razones obvias no amaneció en el salón de casa el día 6. Sabias que son Sus Majestades.

Más alto que yo. El tutor, para enderezar su camino, mirando al norte. Piedras para drenar. Primeras aguas y segundas tierras. Un chico nuevo en la clase al que han dado la bienvenida perales y manzanos, almendros y cerezos, las higueras, los olivos, el fresno desnudo que disputaba en belleza con el crepúsculo de invierno, cuando la luna se acababa de llenar y daban ganas de recortarla del cielo. El nogal que puso el bisabuelo Modesto y el ginkgo que hemos plantado nosotros con su venia asomando entre sus ramas. A su cobijo. Soñando la sombra que será, en la sana rivalidad del viejo Juglans regia con este muchacho recién llegado, solo en el mundo, ya uno más en la huerta. Cuentan que es todo un superviviente. Los árboles mueren de pie, como en la obra de Casona, pero éste dicen que de pie siguió viviendo cerca, muy cerca, del lugar donde la bomba atómica hizo estragos en Hiroshima. Se non è vero è ben trovato. La carga de muerte arrojada desde el Enola Gay aquel 6 de agosto de 1945 no hizo mella en el ginkgo, pero tengo para mí que detuvo su savia un instante, como si hubiese contenido la respiración y luego decidido que la mejor respuesta al odio es el amor, a la muerte seguir viviendo, solo en el mundo pero libre. De pie. Aunque se necesiten tutores y primeras aguas. Todos los necesitamos. Todos necesitamos fábricas de sueños edificadas al lado de las fábricas de flores, de la frondosidad de las mentes humanas, a veces tan silvestres, y no pocas tan desconcertantes. Bosques tan tupidos que nos duelen, nos pierden. Bosques que nos impiden ver el árbol, el sueño, la flor. Troncos con dos ramas más otra que suman tres: ¡no es tiempo de poda! Es tiempo de belleza en el campo, de copas vacías para llenarlas de primavera. Para seguir salvando el mundo a estas horas de la noche. ¡Y contarlo!

10 comentarios:

Félix dijo...

Desde estudiante he admirado, con preocupación, el pobre Ginkgo de la isleta del principio del Paseo de Carmelitas en su bifurcación con Wences Moreno. Y siempre lo he visto como un superviviente, no como los de Hiroshima, pero superviviente al fin. Como un panda en un zoológico, con todas las necesidades cubiertas pero fuera de su entorno. Pero sólo a ese, pues en casa tengo otros tres y los cuido como si de hijos se tratase, sin preocuparme por si están fuera de lugar (que no creo). De hijos con eones de experiencia acumulada.
Me alegro de que hayais decidido acoger a uno de ellos.
Sólo un pero, porque llevo años contándolo y me pierde la tradición docente: el género (mononominal) es Ginkgo, pero la especie (binominal) es, y debe ser, Ginkgo biloba. Así, con nombre y apellido, pues faltando uno de ellos pierde su sentido completo y, además, así lo quiso Linneo.
Otra cosa. Mi deseo, por vuestro bien, es que el "pequeñín" sea macho, pues las flores femeninas tienen un olor bastante desagradable.
Cordialmente,
Félix

Lola dijo...

No soy experta en el tema, pero si hay una árbol por el que siento predilección es el cerezo.
Ya ves, Lucano, qué cosas. ¿Será porque sus flores son una preciosidad?
La iniciativa me ha parecido genial así que mucho ánimo.
Un abrazo.

Ana Pedrero dijo...

Solo. Libre. En pie. Hay veces en la vida en que todos somos un Ginkgo biloba.
Y salvaremos el mundo alguna noche, Tomás. Los sueños, las flores. Las fábricas, el árbol que no requiere podas. Y si llega el tiempo de la poda, espero tus tiritas. Ya las conozco y sé que son mágicas, como ese árbol que sobrevive a la muerte, como ese huerto orientado hacia el norte donde lo veremos crecer.

Un abrazo. Creo que alguna vez te he dicho que te quiero, no?

Lucano dijo...

Tienes razón, Félix. He traicionado a Linneo. La especie ha de ser binomial. Después de tanta Microbiología tengo delito: Escherichia coli, Staphylococcus aureus, Salmonella typhi... Edito para no seguir adelante con la traición.

También es compartida la preocupación por el ejemplar que mencionas. Sólo le falta un parking debajo. En cuanto al recién llegado, es macho, que ya estábamos advertidos del riesgo de adoptar a una "femme fatale" tipo Carla Bruni, y además en nuestra huerta no rige la ley de paridad.

Lola, cerezos no nos faltan. Con sus correspondientes injertos, a modo de cirugía menor ambulatoria. Supongo que en el Jerte serás feliz.

Lucano dijo...

Berrendita, que nos solapamos escribiendo... Yo también te quiero ;-)

Anónimo dijo...

Yo me pido una rama, cuando crezca, por si vienen mal dadas.

Miguel Angel Cardares dijo...

Pues a ver si nos lo presentas personalmente en una parrillada próxima en esa prometida huerta de obligada visita. Eso si, cuando haga mejor tiempo!

Lucano dijo...

Eso está hecho, Xoan Marc. Mañana en el Dompe fijamos fecha, que tampoco se está mal ahora por allí.

Anónimo, cuenta con la rama, pero que vengan bien dadas.

Anónimo dijo...

¡¡El Ginkgo!!, de su extracto se hace un fármaco cuyo nombre comercial es el "Tanakene" y sirve para vértigo, acúfenos y cosas varias, ya verás míralo en el vademecum.

Lucano dijo...

Te creo, Rocío. Cuando pasen mis días de barbecho abriré el vademécum. Desde luego, lo que no se os ocurra a los otorrinos... y a las otorrinas...