lunes, 4 de febrero de 2008

Esa cosa llamada libertad

No iba a decir nada sobre la gala de entrega de los premios Goya, concedidos por la Academia del Cine para reconocer lo bueno que en este campo se haya hecho en España durante 2007. Años atrás iba yo más al cine, pero lo tengo, más que nada por pereza, algo abandonado. Contadas películas me llevan a la pantalla grande, y más de la mitad españolas. Pocas no obstante. Muy pocas. Y no me llama la atención la gala. Desde aquel año en que fue un mitín político, además me despierta cierto recelo, por aquello de la doble vara de medir. Libres somos todos de opinar, pero ciertas opiniones se desautorizan cuando pecan de incoherencia. Entonces, para leer cine remito a Preguntas y Flores y a Los cristales de los otros en mi elenco de buenas gentes. Por mi parte, no me resisto a comentar una frase del premiado con el Goya al mejor actor protagonista, Alberto San Juan. Dedica el premio, entre otras muchas personas, "a la disolución definitiva de esa cosa llamada Conferencia Episcopal". ¡Viva la libertad! No sé si habrá leido como yo la nota de la CEE ante las elecciones generales de marzo, pero sí parece que no acostumbra a guiarse por el magisterio de los obispos, luego no comprendo sus ganas de que se disuelva su órgano colegial. Yo no frecuento los espectáculos de su grupo de teatro y no por ello reclamo su desaparición. Tampoco atiendo a las directrices de ningún partido político y con esto no lucho por la supresión de los mismos. Pero claro, la Iglesia es otra historia, es la enemiga del "progreso", la causa de todos los males que en el mundo han sido.

La nota episcopal es más de lo mismo: doctrina eclesial consolidada. No chirría un ápice al compararla con el capítulo IV de la Gaudium et spes. Los ánimos sin duda están encrespados y cualquier agente externo al mitín, a la propaganda, a la dialéctica política que se sirve siempre del mismo lenguaje, en uno y otro lado del manido espectro "derecha e izquierda", escuece y molesta. Poco importa que la nota aspire a que "nadie se sienta amenazado" o que pretenda no ser vista como un "peligro para la libertad de los demás". Los destinatarios son claros: los católicos y los que quieran escuchar a los obispos. Escuchar. Acoger una propuesta que nunca es imposición. Exaltando siempre la sagrada libertad de los hijos de Dios del capítulo V de la carta a los Gálatas. Si en una nación que se dice democrática los jerarcas de una confesión no pueden dirigirse a los fieles, siempre que no les estén llamando a contravenir los principios constitucionales, los derechos de la persona, ¿dónde queda la libertad religiosa? Perdida entre las brumas, difusa como tantas otras verdades establecidas. Si además se excluyen del debate electoral las distintas actitudes que el candidato que nos pide el sufragio va a tomar sobre todos los temas relevantes del gobierno de la nación, por ejemplo la postura ante el terrorismo, ¿cómo podremos votar en conciencia? A esto apela la nota. A la conciencia. Que el creyente hallará en el regalo de la fe en Dios y su Iglesia y el no creyente en sus principios morales tan respetables como los del creyente. Para este viaje de libertad no hacen falta las alforjas de ninguna disolución.

6 comentarios:

Lola dijo...

Si hay algo que un actor, en este caso Alberto San Juan, debería tener en cuenta, es el respeto. Tendrías que haber visto a mi padre, Tomás, cabreado con el "muchacho éste que ya se puede ir pa casa con el premio, encima se lo podían haber dado a otro, que a este ni le conozco, y pa meterse con la Conferencia.." Mi padre dixit muy enfadado.
Mal porque ni es sitio ni momento, Alberto San Juan. Te han dado el reconocimiento a un trabajo; pues coge el Goya, agradece, y deja en paz a la Conferencia Episcopal.
Fue lo peor de la noche de los Goya, sin duda.
Que no sirva de ejemplo y que no se relegue el cine español a estas salidas de tono, que con la mala cuota de pantalla ya es bastante.
Muchas gracias, Tomás, por nombrar el blog.
Un abrazo.

Alberto dijo...

Es curioso hasta donde estamos llegando, y lo peor, es que un sector importante de la sociedad española está tragando sin ningún tipo de recelo. Están abonando un campo muy peligroso, porque el anticlericalismo se vuelve incontrolado en cuanto emerge.

Pero profundicemos un poco en todo esto: ¿dónde pone en la nota de la Conferencia Episcopal que no se puede negociar con terroristas? Porque así titula ABC, y yo ya la he leído dos veces y no encuentro esa referencia. ¿Dónde pone que haya que imponer la moral católica como dice algún personjillo de la política? Si dice todo lo contrario... ¿Pero hasta dónde vamos a llegar? ¿Todo por ganar unas elecciones?

Y ya lo de la disolución de la Conferencia Episcopal es de fuegos artificales. Porque recuerdo que eso de las conferencias es fruto del Vaticano II. Antes se hacía lo que decía el Arzobispo de turno, el Arzobispo Primado de Toledo o directamente el Papa. Ahora, de forma colegial, como muy bien dices, los obispos ponen en común los problemas de la Iglesia y los intentan solucionar.

Yo aún, y en plan chirogota, estos quieren como Enrique VIII de Inglaterra, una iglesia nacional que controlen ellos. ¡Hasta la Vicepresidente llama al presidente de la Conferencia Episcopal! ¡Y llaman al Papa a que pongan orden! Vamos, las risas tienen que oirse desde aquí. Eso sí, José Blanco es quien es. Pero las intervenciones de Bono y Moratinos son muy precupantes, así como las de algunos medios, porque lo que intentan es dividir a la Iglesia entre obispos buenos y obispos malos, entre jerarquía y pueblo... Y ya no digo nada de los partidos nacionalistas, haciendo comparación entre la Iglesia catalana o la vasca y la del resto de España. Ni comparación la de Toledo o la de Madrid con la de Barcelona y la de Bilbao. Las primeras vivas, las segundas más secularizadas que otra cosa.

Sea como sea, recemos para que todo esto acabe. Y aunque nos defendamos, y con toda la fuerza de nuestros derechos, recordemos que hay que poner la otra mejilla. Que nosotros tenemos mayor responsabilidad que ellos, nosotros tendremos que dar cuentas a Dios y ellos ya se han situado. Cada cual.

Lucano dijo...

En el nº 8 de la nota se lee: "Una sociedad que quiera ser libre y justa no puede reconocer explícita ni implícitamente a una organización terrorista como representante político de ningún sector de la población, ni puede tenerla como interlocutor político". Es decir: no se ha de negociar con terroristas si de este diálogo surgen consecuencias políticas. En esto coincido plenamente con los obispos. Muy difícil de sostener si se defiende la separación de poderes resulta que el poder ejecutivo, con el visto bueno del poder legisltaivo, suplante la función del poder judicial, que debe ser juzgar a los criminales. Muy complicado sería luego negar este deferencia a cualquier recluso que pidiese negociación personal con el gobierno para lograr su libertad.

No llego a entender el anticlericalismo en estos tiempos. Si alguien lee la prensa española desde el extranjero podría deducir que los católicos van imponiendo sus criterios, que los obispos son el azote de la sociedad... Pero no es así. Tampoco es todo lo contrario. Son tiempos distintos a los tiempos de Cristiandad. Aunque algunos se han quedado en el pasado, y ya no les queda en el repertorio sino el más rancio anticlericalismo. ¡Qué antiguos!

Unknown dijo...

No nos engañes, que si no vas más al cine es porque los miércoles (día del espectador) estás zampando bocadillos y patatas!!!!

Respecto a la nota de los obispos, no la he leído, pero lo poco que sacaron en las noticias de su presentación por los mismos obispos sí me parece tendencioso. No olvidemos que son seres humanos y tienen ideas políticas como todo hijo de vecino. Y por desgracia en este país todo funciona por politiqueo y amigismo.

Lucano dijo...

Hombre, Marcos, bienvenido. Con el carnet universitario, que todavía me sirve, tenemos más días del espectador, pero los miércoles son intocables, ¿verdad? ;-)

En cuanto a la nota episcopal, toda opinión conlleva una tendencia, desde luego. Pero hay tantas opiniones al cabo del día que no debiera haber escocido tanto ésta. Al menos a mí me sorprende. Más que nada porque la mayor parte de lo que han expresado, incluidas las partes que han suscitado mayor polémica, las publicaron en un documento mucho más extenso en noviembre de 2006.

Félix dijo...

¿Ladran?... ¡Cabalgamos!
Cordialmente,
Félix