viernes, 1 de febrero de 2008

Extrañas compañeras de cama

Dice el refrán británico que "la política hace extraños compañeros de cama". Y es ella la que a veces se acuesta, en extraño maridaje, con la Medicina. Rara vez no tuerzo el gesto al escuchar a un político hablar de medicina o a un médico enfangarse en política. Últimamente han sido varias mis muecas de desaprobación. Desde la radicalidad, acaso un punto irracional, de la previa toma de posición, pero también desde la ilusión por hacer camino en el que he elegido como mi camino, me niego a verlas compartiendo lecho.

El pasado 23 de junio dediqué una entrada, "Odiosos médicos como dioses", al conflicto legal suscitado en el servicio de urgencias del hospital Severo Ochoa de Leganés. Anteayer leí la sentencia del juez después de que el doctor Montes apelara, y ha decretado que eliminen toda alusión a una posible mala praxis que dejaba caer la primera sentencia: no era condenado por ello, pero aparecía en el texto. O sea, que ordena se lave el nombre de Montes de algún modo. Por si lo tenía manchado. Para algunas personas sí. Para otras, es un héroe, mártir de la Sanidad pública frente a la política privatizadora de Esperanza Aguirre. Pues será el mártir de la oposición política, porque de la profesión médica me niego a que pueda serlo. Nunca sabremos si su proliferación de sedaciones en las propias camas de urgencias fue causa directa de que en ese servicio muriesen tantos; no se practicaron autopsias que arrojarían luz al respecto. El hecho es que las tasas de mortalidad del servicio superaban en mucho las de otros hospitales, y la del propio Severo Ochoa tras el cese de Montes. Si hubo mala praxis, según los informes periciales pudo haberla. Unos lo afirman, otros lo desmienten. El primer juez, según el segundo, no los valoró o dispuso de acuerdo a lo establecido, así que los defectos de forma invalidan su alusión a la mala praxis: in dubio pro reo. Correcto. Creo en la Justicia, o más bien espero en ella, así que bien está la sentencia. Sobre el caso, sensu stricto, poco han aportado. Tan concluyentes como la del 11-M: cero al cociente y bajo la cifra siguiente (salvo los ceros a la derecha para la esposa del juez Bermúdez, claro). Siempre los muertos de Leganés pagando el pato. Unos se inmolaron por la causa y a otros les adelantaron la llegada a destino de un viaje que ya habían emprendido.

Y como siempre, tras cada sentencia, como tras cada escrutinio electoral, la lluvia torrencial que hace dudar de la consistencia de ese paraguas llamado democracia. Se han sucedido las declaraciones, los manifiestos, los trastos a las cabezas ajenas. Porque uno no se terminó de aclarar en verano cuando el ministro de Sanidad, Bernat Soria, médico para más INRI, no tuvo reparo en afirmar que "la medicina de izquierdas cura más que la de derechas" (ciertamente me impactó) y ahora interpreto que "medicina de izquierdas" es la de Montes y "medicina de derechas" la de Esperanza Aguirre. Que la primera aboga por mantener la universalidad de la atención a cargo del Estado íntegramente mientras la segunda coquetea con las compañías aseguradoras. Entonces me quedo con la primera si el coqueteo de la segunda resta recursos y deja de cubrir necesidades. Hace poco asentí con un sincero amén la entrada dedicada por Vitote a esta cuestión, seguramente desde una postura ideológica bastante distante de la mía:

http://apracticas.blogspot.com/2008/01/mi-conspiranoiquitis.html.

Aventuro también, o mejor dicho afirmo sin dudarlo, que la primera, o sus más atrevidos representantes, no hace ascos a abrir el debate sobre la eutanasia activa y a seguir despenalizando el aborto, al que otorga erróneamente la categoría de derecho, pero me temo que la segunda no hará nada por invertir este rumbo lamentable que cada año multiplica las muertes de los no nacidos en España, holocausto silencioso y terrible. No me pongo apocalíptico ni talibán. Las cifras son las que son. Para ellos no existen derechos humanos y humanos son. Así, ¿medicina de izquierdas o de derechas? ¡Medicina! Que no la apelliden con esta desgraciada dicotomía. Un arte de tantos siglos, una profesión tan regulada por sus colegios profesionales, no puede ser llevada al debate político. Hágase política sanitaria pero guárdese de intervenir el acto médico, como ha de excluirse del mismo la creencia religiosa. La objeción de conciencia nos libera de dramas interiores, o lo procura, pues son inevitables. Que lo social no eclipse a lo moral, cuando precisamente ha de nacer aquello de esto. Que no me vuelvan a hablar de medicina progresista o conservadora, porque me están mintiendo. Porque me da que no existe. ¿O se lo enseñarían al ministro Soria en su facultad?

6 comentarios:

Félix dijo...

¡Qué ganas de mezclar las cosas!
A ver si ahora para poder recibir asistencia va a hacer falta mostrar el carnet del partido, o el resguardo de haber votado. Así, dependiendo de la orientación política nos desviarán a la orientación médica. ¡Pues algunos tendríamos que morir sin recibir asistencia! De todas formas, con los 400 euros que nos van a repartir siempre podremos irnos a "la privada" ¿no?.
Sea como sea, cuando un profesional lo hace mal, sea de derechas o de izquierdas, es un mal profesional (no hablo de errores sino de consciencia).
Cordialmente,
Félix

Alberto dijo...

La verdad es que nuestros políticos están perdiendo la poca cabeza que tenían, porque vamos, medicina de izquierdas o de derechas es tan sumamente vergonzoso, tan sumamente sectario, tan ridículo, que encima media España lo aplaudirá. Ya se nos pasará factura de estas cosas.

Ana Pedrero dijo...

Sabes, Tomás, que yo hablo siempre desde postulados ideológicos distintos a los tuyos. Pero la cordura siempre pone a todo el mundo de acuerdo. ¿Medicina de izquierdas y medicina de derechas? Es lo que nos faltaba por escuchar. ¿Para estas gilipolleces lucharon los españoles por la paz, el pan y la palabra?? En fin....

Vitote dijo...

La medicina debería ser apolítica y un tema en el que todos deberíamos de ser bastante unánimes y no meterla en el juego político porque con la salud, no se juega. Así se ha hecho en gobiernos anteriores, en los cuales la única promesa electoral incumplida por todos relacionada con la sanidad, era reducir las listas de espera o abrir hospitales, comprensible. Pero hacer cabezas de turco o mártires políticos a los médicos, es un disparate.

El doctor Montes es víctima de su propia conducta, que vista objetivamente tampoco es tan incorrecta por los datos que yo manejo( no quiere decir que no haya otros que los rebatan). El tema comienza partiendo de la base de que en el Severo no hay unidad de cuidados paliativos, en la que como bien sabes se dedican a reducir el dolor de los terminales, no a dar eutanasias como caramelos( que conste que estoy más en contra de la eutanasia que a favor y es un tema del que ya hablaré en mi blog).El dr Montes junto con su equipo, decidieron que para que los pacientes a los que les corresponde dicho hospital no tuviesen que desplazarse a centros más lejanos, podrían administrar los paliativos como parte del servicio de urgencias. Parece una idea inocua a priori para todos, beneficia al paciente y a sus familiares peeero, el drMontes se dejó su propio culo al aire al no manejar administrativamente bien la situación y dejando a sus espaldas un montón de muertes en su servicio sin que pudiesen ser justificadas, puesto que al tratarse de enfermos terminales, la familia no solicitaba autopsia y tampoco lo hacían los juzgados. Así que en todo este gran vacío al parecer inocuo, aparecen los políticos. Unos, por creerse más progresistas empiezan a hablar de eutanasia y otros, más tradicionales, se colocan en contra. Y en medio, el dr Montes como un idiota con su vacío, fue la cabeza de turco para señalar digitalmente las barbaridades de la eutanasia y sus "asesinatos paliativos". Ahora los juzgados le dan la razón y el otro bando le marca como mártir por la causa. Cuando no es ni una cosa ni la otra. Ni es un asesino ni un héroe. Simplemente un médico que se metió a barquillero sin necesidad y metió la pata hasta el fondo.Además de un pésimo gestor administrativo. Limpiar su nombre será difícil, porque los folios se pueden borrar y quemar, pero las memorias( y menos ahora con ese chip australiano jeje) a corto plazo son más fuertes.

Tras esta parrafada espero haber concretado mejor los hechos. Por favor que los médicos no se metan a barquilleros ni los barquilleros a políticos, que así nos va.

A cuidarse

Lucano dijo...

Gracias por la concreción, Vitote. Llevas mucha razón. Yo, de entre los barquilleros, me quedo con el que va delante de las procesiones ;-)

Por desgracia, tendemos a apellidar utizando la terminología política cualquier cosa: formas de ejercer una profesión, sensibilidades dentro de la Iglesia, corrientes artísticas... Terminología que cada vez entiendo más obsoleta e imprecisa. Pero así está montado esto y a su jerga se reduce. Cordura falta, Berrendita. Y nos ponemos de acuerdo en echarla de menos. Esperemos que la factura sea asumible, y que no pase de los célebres 400 euros ;-)

Anónimo dijo...

Ayer 29 de Mayo un vecino extranjero me dice que su mujer se muere. Cojo el telefono, llamo a urgencias y la atención a la Sra. rapida y segura.
Sin embargo y es la 2ª vez que me pasa tuve que limpiar la habitación porque el hombre muy mayor no estaba para eso. Así estan las cosas..., en el otro caso y con otro partido mandando, lo mismo.
Jose Antonio