lunes, 17 de marzo de 2008

Una Cruz sobre los azules

Garabatear una entrada en el blog no era mi plan de noche de Lunes Santo, claro. A esta hora deberíamos estar por la calle Cañizal, quizá enfilando ya la Compañía: en pleno nudo del lazo azul que la Vera Cruz aspiraba a dibujar este noche sobre el plano de Salamanca. Un lazo camino de la Catedral que se ha quedado sin hacer porque llovía, y cesaba, y llovía... Tuvimos que estrenar antes de tiempo el palio blanco para cubrir la llegada del Santísimo Sacramento desde la clausura hasta el bullicio de insignias, pasos y capuchones. Sencilla estación transformada en sencilla plegaria culminada con la bendición. Si los cofrades no hemos podido dibujar un lazo azul para postrarnos ante Él, ha sido Él quien ha dibujado la Cruz sobre nosotros. Era Su Santa Voluntad. Bendito sea.

6 comentarios:

Javier García Martín dijo...

Me quedé sin vivir "in situ" la subida del Doctrinos por la calle Compañía. Me quedé sin ver a mi segunda ciudad en los días santos que me enseñaron a vivir en exclusiva al otro lado del Duero. Sin embargo viví otra procesión, la de una cofradía desfilando al mismo paso, firme, fraternal, devolviéndole el brillo a la plata, pasando lista casi sin lista. La liturgia más callada, más sincera y más auténtica, el Padrenuestro y el Ave María con la mirada clavada a tres metros de altura. No fue la procesión que queriáis enseñarnos, fue otra, la guardaré en mi memoria, seré egoísta (le cerraré los cupos), y la tendré presente cada tarde de Jueves Santo en Zamora. Dos cruces verdaderas para un mismo sudario, tan iguales y tan distintas. Un abrazo

Ana Pedrero dijo...

Una Cruz en la capilla dorada. La Cruz del Doctrinos, abrazándonos más fuerte que nunca. Yo también seré egoísta. No lo ví por Compañía, pero no cambiaría este Lunes Santo por nada. Y guardaré como un tesoro los abrazos, los rostros, las lágrimas, las oraciones, nuestro Doctri asentado sobre un monte de cardos asomándose a la Salamanca que le esperaba bajo la lluvia, la emoción contenida de don Pedro, vuestra presencia impagable, la caricia primera de mi túnica azul....

Fue distinta, pero fue mágica.

Mil besos.

Alberto dijo...

Bendito y Alabado sea por siempre el Santísimo Sacramento del Altar... Un AMÉN que nos tóco rezar, un ejercicio de fe, de esperanza y amor, todo bien teñido de azul, tanto como el cielo que dibujábamos cuando éramos niños y que ayer era bien oscuro. No pudimos, fue su Voluntad. Pero allí estábamos, como una familia, nos tuvimos unos a otros, nos abrazamos y lloramos. Nos quedan muchas procesiones en nuestras vidas, pero el sentimiento, el corazón, ya lo tenemos puesto, bajo la medalla y la capa. Verdaderamente, hubo penitencia sin procesión, pero también estaba Cristo entre nosotros, más cercano que nunca.

Lucano dijo...

A los tres, y a todos los que la compartimos, enhorabuena. Porque noches como la última no son una noche más. Ya no lo serán nunca. Lo tuvimos cerca y nos sentimos cerca. Unidos en la oración. De eso se trataba.

Cvlocolorao dijo...

Fue muy intenso. Azules llevando el Palio, lagrimas azules de las capas c olor agua. Demasiado emocionante. Muchos azules estrenando otro lunes santo humedo de lluvia y lagrimas. Pero estuvimos muy cerca de El, y asi lo quiso.

Lucano dijo...

Tres hombres, tres mujeres. Tres nuevos, tres veteranos. Seis varas para sostener el cielo blanco de los estrenos. ¡Qué noche la de aquel Lunes!