Los toldos ya cubren, a un mes vista, varias de las calles de la carrera y la custodia de Arfe aguarda en el Tesoro de la Catedral Primada la hora de la fiesta grande. La vieja capital amasa recuerdos de imperio y se acuesta temprano para regalar radiantes y ardientes amaneceres. Es Toledo. Ha sido. Ya siempre será.Toledo reunido y elevado, que se hace coronar por el Torno del Tajo y ya no se baja del trono aunque se llevaran la corte. Laberinto de piedras y cruces trazadas sobre las paredes de lo que un siglo fueron mezquitas y sinagogas. Ciudad orante y callada, adormecida al son de Bécquer, de...
...leyendas que quitan el sueño,
alcázar de guerras y asedios.
Toledo angosto que se ensancha de vida en Zocodover, que se encadena a la libertad en San Juan de los Reyes, que dibuja estrellas de David y medias lunas por entre los dedos santamente alargados de las manos atadas de Dios. Sefardí y visigótico, gentilicios de anticuario y de libro de Historia.
Enterrador de señores
y vestidor de novias
en días de calor y estreno,
de verdes ojos y abanico nuevo.
(Imagen: fragmento de El Expolio, conservado en la Catedral de Toledo y obra de El Greco).
11 comentarios:
Calles angostas y cuestas eternas. Cigarrales que ven ocultarse el sol tras la aguda torre catedralicia. Es Toledo.
El Cristo de la Vega testigo de Zahiras degolladas. Conjunción de credos y amalgama de gentes. Es Toledo.
Carcamusas o duelos y quebrantos. Imperial y Primada. Es Toledo.
Cordialmente,
Félix
Y un tráfico de locos. Que para llegar a ver El entierro del Conde de Orgaz, casi fracasamos en el intento.
Catedral nombrada como Dives Toletana, Museo del Greco, calles tortuosas, juderías, aroma a caballeros engolados, y sobre todo, la conjunción de culturas que cristianos, árabes, judíos conversos o no conviviero allá.
Has elegido, Tomás, el cuadro que el turista descubre admirado dentro de la catedral, mirando un poco hacia arriba. El rojo de la túnica de Cristo es paradigmático, que decía aquel profesor.
Toledo tiene encanto.
Es Toledo. Así es.
Toletum, son murallas y puertas repletas de historia, son empinados callejones susurrando secretos.
Nunca olvidaré la vista del Tajo desde los miradores, ni el agua deslizándose por las calles tras ser arrojadas desde sus baldes. Que perduren en mi memoria las casullas y los sayos, los eternos orantes, lass mitras y sus nudos, las sillas de montar.
Esta ciudad ofrece al visitante múltiples lugares apropiados e inapropiados, según las apetencias: una cabezadita rápida para recuperar fuerzas, disfrutar de una ración extra de M&M o una bastante más prudente de kit kat, improvisar una procesión...
Por esas noches toledanas. Popr ese viaje inolvidable. Doy las gracias a San Cristóbal, que es lo más grande despues del google (o eso dicen)
A por la próxima, besines
Toledo es precioso, este verano viendo la capital y no deja de sorprenderme. Mi padre es de toledo, de "El Toboso", un pueblo que no tiene mucho para ver, pero es bonito tener raíces toledanas.
Un saludo.
Arnea, San Cristóbal siempre es grande pero el de la Catedral Primada es grande entre los grandes. Vamos, que la palmera datilera que llevaba le serviría de bastoncillo para los oídos, ¿verdad?. ¡Bravo por esas noches toledanas, aunque hubiera que estar a la una en "casa"! ¡Bravo por nuesttos mapas de España que por fin trascendieron del papel! Espero con ansia ver las fotos y preparar otra escapada. Besos desde el bucle ;-)
@ngelito, son raíces hermosas las tuyas. Tendré que frecuentar Toledo para seguir sorprendiéndome. Un saludo, y bienvenido.
Gracias, si que lo son. También tengo raíces andaluzas. :-)Pues mi madre es de Écija. Pero Toledo tiene algo especial, es verdad.
Un saludo.
Vaya, aunque no raíces, yo tengo familia en Écija. Está visto que el mundo es un pañuelo, y doblado muchas veces. Seguiré tu interesante blog.
Écija es la sartén de sevilla, del calor que hace allí en veranito.
Mi madre a pesar del paso de los años, aún mantiene la gracia andaluza. :-)
Al final terminamos conociéndonos todos visitando nuestros espacios web.
Un saludo.
¡Qué maravilloso es y será Toledo! Porque volveremos, seguro. Su majestuosidad, lo recóndito y oscuro de sus calles, el aroma a pemas de Bécquer en sus cálidas mañanas, la compañía, el principio de lo que está por llegar.
Un beso.
El principio del principio. Un fin en sí mismo. Ah, Toledo...
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