sábado, 10 de mayo de 2008

La guerra en la retaguardia

"¿Paz has dicho? Nadie, puedes creerme, la deseó jamás tanto como yo. Nadie con más devoción la imploró a los dioses. ¿Paz? ¡Cuántas veces la invoqué sin que los dioses quisiesen escucharme! Yo soy Hécuba, y mis desgracias fueron innumerables...".

El mensajero pronunció la palabra soñada, la verdad frustrada, la esperanza incierta. Paz. Paz en el bosque mágico de la noche y las sombras, fuera de todo tiempo y espacio. Hécuba, Lisístrata, Andrómaca, Casandra... Griegas y troyanas sumidas en el dolor y la muerte, atravesadas por la guerra, a las que el mensajero habla de paz y compromete con ella. En su bosque ocre y acre. En el sueño eterno de sus desdichas que el miércoles contemplé sobre las tablas a cargo del grupo Platea, según libreto de Javier Tomeo: "Los bosques de Nyx".

Una guerra lejana pero actual. Como son por desgracia todas las guerras porque comparten males comunes de difícil remedio. El mensajero recurrió a esas doce mujeres emboscadas en su llanto para traer a las guerras de hoy un mensaje de advertencia. Otro en la misma dirección recibí anoche cuando me senté ante la gran pantalla para ver "Los falsificadores" (Die fälscher), última premiada con el Óscar a la mejor película de habla no inglesa. En la cinta austríaca, doce tribus confinadas en una docena de docenas de barracones. Ellas aguardaban en casa para ser el descanso del guerrero al regreso de la batalla. Ellos, los privilegiados que podrían cambiar el rumbo de una guerra que tenían perdida, o que al menos padecerían el resto de sus vidas, más o menos amadas. Sombras, troncos secos, lágrimas: Nyx, el bosque que nunca existió pero sigue tan frondoso como siempre. Trajes de rayas, exterminio, supervivencia: Sachsenhausen, tan cerca en el tiempo, tan cierto y tan terrible. La guerra. El hombre. La bolsa o la vida. La noche o la muerte.

4 comentarios:

Félix dijo...

Tan cerca y tan lejos. Siempre la eterna dualidad. Paz y Guerra. Guerra y paz. ¿Cuándo aprenderemos?
Cordialmente,
Félix

Lucano dijo...

Algún día. Pero los duales son tan humanos...

Lola dijo...

De Los falsificadores, Guille, que vive y trabaja como profesor allá en Graz(Austria)te puede contar muchas cosas.

Por cierto, te espera un premio-cala-de preguntas y flores ;)

Lucano dijo...

Sin duda gran película. De austríacos sólo había visto "El Cardenal", de Otto Preminger, pero ya es un film estadounidense, claro.

Gracias inmensas por la mención, Lola. ¡Un beso!