jueves, 7 de agosto de 2008

Burgundófora Cancionila y compañeros mártires

No era la primera vez que tenía noticia de ello pero ha vuelto a despertar mi curiosidad cómo en un pueblecito de la provincia de Burgos, Huerta de Rey, cerca del cañón del Río Lobos y en pleno camino del destierro del Cid, lo de los nombres de pila es materia de la que se ocupan radios, periódicos y televisiones en estos programas y reportajes veraniegos que siempre miran a la España profunda para recordarnos que sigue existiendo o simplemente para rellenar minutos de emisión o páginas que engorden un poco la mermada edición agosteña. En Huerta de Rey no celebran Nocheviejas extemporáneas, ni bous a la mar, ni pintorescas batallas, ni concursos absurdos... ni ha ocurrido ninguna tragedia, que es el género favorito. Estos paisanos burgaleses han programado para el sábado el Primer Encuentro Internacional de Nombres... raros. Están invitados a participar todos aquellos cuyo nombre de pila no figure entre los cien más comunes registrados en el INE. Por ejemplo, Burgundófora Cancionila, Sira Auda o Digna Marciana, regiohuertanas todas ellas (si no me equivoco al inventarme el gentilicio, que ya puestos...). Más ejemplos masculinos: Austrocleciano, Filogonio, Especioso... El caso es que este fin de semana piensan acoger en su pueblo a personas que ostenten nombres como los suyos, compartir una Misa en la ermita por los difuntos (sin mencionarlos en el memento, imagino), acreditar la reunión para que sea incluida en el Libro Guinness de los records y comer y bailar juntos festejando sus nombres y las alegrías que les han dado. Porque les llegan cartas remitidas a "Hierónides, Valladolid" o les quitan multas, como le ocurrió a Firmo: los agentes pensaron que se estaba quedando con ellos cuando le indicaron que firmase y firmó... "Firmo". Compensaron la desconfianza con la indulgencia cuando se comprobó que aquello no era desacato a la autoridad. Precisamente fue burocrático el origen de la tradición antroponímica de Huerta de Rey. Hubo un secretario municipal, Adolfo Moreno, que ejerció las labores del registro civil en el pueblo nada menos que entre 1890 y 1930. Tras algún quebradero de cabeza producido en transmisión de herencias, contratos, llamadas a filas... porque eran diez los Antonio Rica o catorce los Juan Molinero, se le ocurrió incitar a los padres a adoptar para sus hijos el nombre del santo del día, pero no el primero o más conocido, sino esos que están perdidos en el Martirologio Romano, aparcados en la cuarta fila de la quinta persecución. Así que el señor secretario recibía al padre, con la madre aún convaleciente, y le dejaba caer que "donde esté Evilasio se quite Francisco" o le insinuaba todo convencido que "la niña tiene una cara de Burgundófora Cancionila...", y a los pocos días, para gozo futuro del señor cartero, el señor párroco certificaba la "fechoría" con las aguas de cristianar. Don Adolfo sí que era un fánatico del nombre de los días... y predicó con el ejemplo, porque engendró a Ludovico Silvino o Wilfredo Tobías, entre otros. En fin, que si tienes hoy un niño deberías ponerle Carpóforo o Victricio y llevártelo el sábado a Huerta de Rey, que seguro lo sacan en la tele...

6 comentarios:

Ana Pedrero dijo...

Hace ya dos o tres años Antena3 TV emitió un reportaje sobre Huerta de Rey y yo creía que me daba algo. Me recordó bastante a aquella película fantástica de José Luis Cuerda, "Amanece que no es poco", porque esos nombres impronunciables son lo único que le falta a los habitantes del pueblo. No sé si seguirá, pero entonces pillé un enlace en el google en el que venían casi todos los nombres raros y te podías morir. Ais, con lo facilito que es el mío.....

Un beso. ;)

Félix dijo...

Pues a mí, aun no teniendo ascendencia en Huerta del Rey, es algo que no me choca al oído. En mi casa hay Rosendas, Ursicinas, Placidias, Telesforos, Pantaleones... y seguro que todos, al rascar genealogía, encontraríamos alguno.
Además, siempre me gustó el nombre de Urraca, cosa que quienes me rodean no suelen compartir. Por eso Marta es Marta (que bien mirado también es nombre de animal).
Cordialmente,
Félix

Anónimo dijo...

Hace aproximadamente un año, tuve el privilegio de pasar una tarde en Huerta del Rey. Es un pueblo bonito, y sus alrededores más bonitos todavía. Pecualiar es su gente, y más sus nombres. Ya me habían comentado unos amigos que vivían allí, y pensaba que se quedaban conmigo, pero aquella tarde comprobé que era cierto. Menudas risas nos echamos por lo difícil de la pronunciación...
Pasar el fin de semana allí sería para morirse...

Lucano dijo...

Pasa el fin de semana... ¿pero pasar consulta, Inma? Más difícil de pronunciar el nombre del paciente que el de la enfermedad. Lo nunca visto... ni oído.

Ana es sencillito, sí. En Huerta de Rey podría valer de diminutivo de Semiliana. No sé si habrá alguna Berrendita de pila ;-)

Félix, rascando genealogía superficialmente me topo con un Melaneo, dos Argelinas y una Timotea casada con un Timoteo. Algo es algo.

Lola dijo...

Carpóforo me encanta como nombre...Oye, te espera un reconocimeinto en mi blog...si es que ya sabes como soy.
Pues eso.

Lucano dijo...

¡Cómo eres, Lola! Un beso agradecido.