domingo, 10 de agosto de 2008

Esgrimiendo, que es gerundio

Son tan grandes los Juegos Olímpicos que a muchos nos han tenido pendientes del televisor, antes o después de la comida familiar del domingo, para seguir el duelo que ha enfrentado al español Abajo y al húngaro Boczko en disputa por la medalla de bronce de la competición de espada, la que mejor entronca con la esgrima clásica, único deporte olímpico de origen español y que, paradójicamente, hasta hace un rato no había otorgado ninguna presea a nuestro equipo olímpico. Abajo se ha encargado, con su arrojo y determinación, de enmendar esta carencia a lo grande, pues su bronce es la medalla número cien de España en la historia olímpica. Casi ninguno de los españolitos que nos hemos acomodado para practicar el deporte dominical del sillón-ball conocemos si en espada se puede tocar todo el cuerpo del rival, si el sable es de esta manera o aquella o quién es el campeón nacional de florete, pero dejarse llevar por la emoción es lo mejor en estos casos. Por mi parte, además, he confiado en el mismo sillón desde el que disfruté los oros de Fermín Cacho en Montjuic y la selección de fútbol, que inundó el Nou Camp de banderas nacionales, aquella dorada noche barcelonesa del 8 de agosto de 1992. El sillón talismán del salón de los abuelos y el genial espadachín Abajo no me han fallado, así que puedo echarme tranquilo la siesta, terapia indicada tras guardias de veinticuatro horas en las urgencias del hospital. Esta noche (¿o ya había amanecido?) tomé la alternativa con los trastos de suturar, pero tengo la ligera impresión de que no cosí heridas por espada, sino por causa mucho más barriobajera y menos caballerosa. Siempre nos quedarán las Olimpíadas para reencontrar el sabor romántico de inocuos duelos a espada que tiñan de bronce, plata y oro los veranos. Sesteando, que es domingo.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, hoy me permito el lujo de abrir plaza.

Si, la verdad es que hemos aprendido a usar la espada. También la bicicleta. En los próximos días nos sorprenderemos con más deportes que a lo mejor nunca hemos soñado en animar. Es lo que tiene el olor de los metales, que cuando se barruntan cerca, nos suscitan intereses inusitados.

Anónimo dijo...

Hola Tomás,

Espero que haya muchas más "cocacolas" (para nosotros) y "trinaranjus" (para ellas) a la salida de misa. La próxima vez, con más calma disfrutaremos como es debido. Cuida de la niña.

Disfruta de tu día libre.


Sabes quién soy, verdad? ;-)

Lucano dijo...

Paz, el lujo es mío por verte despejando el albero. Y en los próximos días seguiremos descubriendo emociones olímpicas.

Anónimo, la próxima, sin guardias antes ni viajes después, con más relajo y más disfrute. Hasta podremos ir a la Torre-Cueva y que vuelva a "pasar algo" ;-)¡Claro que sé quién eres, figura!

Félix dijo...

Esgrimes esgrima de bronce. Yo me bronceo. Y, mientras, añorando el sillón que, parecido al tuyo, ha sido mi compañero en infinidad de citas, deportivas o no, me conformaré con ver los resúmenes de las actividades olímpicas. El resto del día, chiringo y tinto de verano mientras cultivo el alma con la prensa diaria o excursiones varias a lugares no sospechados ni sospechosos.
Cordialmente,
Félix

Lucano dijo...

Félix, yo poco sillón, apenas el de la consulta para husmear un instante en los resultados entre paciente y paciente. Estos Juegos van a ser prácticamente en diferido. ¡Felices horas de chiringo y tinto de verano! Y de arte, claro.

Lola dijo...

Es una pena que el deporte se empañe con el tema dopaje.

Creo que la gimnasia rítmica y la natación sicronizada son las pruebas que más sigo, por así decirlo.
Y a Nadal, por supuesto.
Ah, han florecido las preguntas...con un musical.
Un abrazo, Tomás.

Lucano dijo...

Yo sigo todo lo que puedo, y de momento me quedo con el gol de Santi Freixa en hocjey hierba, cuando quedaban 5 segundos para el final del partido. Victoria a la española. Voy raudo y veloz a ver cómo han rebrotado las flores y las preguntas.

Ana Pedrero dijo...

De momento he estado poco pendiente de las olimpiadas. Sólo la gesta de Feelps me mantiene pendiente de su desarrollo. (El agua, dios mío, qué tendrá el agua...).
Acabo de regresar de Cái con unos cuantos puntos abiertos y una puerta cerrada. Lástima que la sutura y la ciencia no lleguen hasta la profundidad de esta herida.

Mil besos.

Lucano dijo...

Pero existen medios más eficaces para cicatrizarla, seguro.