lunes, 1 de septiembre de 2008

El nombre de los huracanes

Se deduce de esta noticia ya antigua de El Mundo que Gustav es el séptimo huracán/tormenta del año, después de Arthur, Bertha, Cristobal, Dolly, Edouard y Fay. Ojalá no le sucedan Hanna (tarde, porque era tormenta y ya se ha convertido en huracán), Iko, Josephine... Son los nombres de los huracanes, que en la meseta del Duero nos resultan tan remotos y en el Caribe son el desgraciado pan suyo de cada año. Aquel verano de 2005 me presentaron a Emily en Méjico. La televisión presagiaba con sus aparatosos reportajes tragedia equiparable a la provocada por el huracán Gilberto en 1988, pero Emily, tras azotar con fuerza Yucatán y Tamaulipas, llegó a Monterrey el 20 de julio desvanecido en tormenta tropical, lo cual nos "decepcionó" y tranquilizó a partes iguales. Nos recomendaron permanecer en el hotel y esto fue el nacimiento de aquella compañía de viajeros llamada Los Diecisiete de Guanajuato: unos divertidos juegos de cartas, una escasa comida, unos planes por definir, unos vídeos desternillantes... y por la noche desafiamos a Emily, que ya sólo era un calabobos al uso y nos fuimos a cenar al restaurante más próximo, mientras los bomberos se afanaban en el rescate de lo que el tornado venido a menos había arrastrado hacia el seco cauce del río Santa Catarina. Un par de días después volvimos al hospital, castigado por no mucho más que alguna gotera. Brillaba con fuerza el sol en la capital de Nuevo León y siguió brillando durante el mes siguiente, maravilloso mes aquel que construimos del 15 de julio al 15 de agosto del 2005. Unas semanas más tarde ya habían hecho de las suyas otros cinco huracanes en el mundo, y el sexto, Katrina, aniquiló Nueva Orleans. Lo vi por la televisión, desde la meseta del Duero, y agradecí la "decepción" del Emily, y cómo los regiomontanos habían/habíamos sido más afortunados que la gente de la Luisiana. A Dios gracias, Gustav está siendo más benigno con ellos. Tras la tempestad, la calma.

4 comentarios:

Vitote dijo...

Ese año se agotó la lista y se pasó a alfa1...espero que no volvamos a toparnos con esa mala racha.

A ventilarse

Lucano dijo...

Y para ventilarse, donde esté el costumbrista y sensual abanico...

Félix dijo...

¡El hombre que sobrevivió al huracán! Aunque con decepción, una "simple" tormenta tropical debe ser sorprendente. Y, como todo, Emily quedó atrapada en tu libreta. Con su nombre, como tus días.
Cordialmente,
Félix

Lucano dijo...

Como dicen allí, afortunadamente en Monterrey hubo "saldo blanco", aunque bastantes familias se vieron con la casa anegada. No se me olvidará, no, y en el "Cuaderno de Méjico" tomé buena nota.