miércoles, 15 de octubre de 2008

El patio del convento

Indagando sobre La Santa, como en los dominios teresianos llamamos a Teresa de Jesús, cuya fiesta hoy celebramos, he dado con esta fotografía de su primera casa en Salamanca, la Casa de Santa Teresa donde fundó el Monasterio de San José, que encontraría su sitio en la actual iglesia del Monte Carmelo, varios años después de morir en Alba la Doctora de la Iglesia. La estampa se corresponde con el Taller de Nazaret que nació de la imaginación de otra mujer en la estela reformadora de La Santa, trescientos años más tarde, la de la Beata Madre Bonifacia y sus Siervas de San José. La loca de la casa se dejó iluminar en ellas por los siete dones del Espíritu y supieron hacer de aquel pobre patio conventual semillero fecundo de vocaciones religiosas. Un nuevo Sicar, pues junto al brocal del pozo, sedientas de Dios, reconocieron como la samaritana al agua viva. Quien bebe de esa agua ya no tiene sed: en ellas se hizo fuente de agua que salta hasta la vida eterna. Sólo Dios basta.

9 comentarios:

Félix dijo...

Teresa y Bonifacia. Dos adelantadas a su tiempo, con el don de ver donde los demás fueron ciegos. Almas de Dios compartidas con los hombres para hacer siempre el bien.
Cordialmente,
Félix

Lola dijo...

Honremos a la Santa. (Ya he felicitado a una Teresa muy cinéfila) y hagamos nuestro el "Nada te turbe".
Me ha encantado la foto, Tomás.
Tenía por ahí una reliquia de una astilla de la escalera de esta casa...

Un abrazo.

Alberto dijo...

¡Qué palabras y qué fotografía! Teresa y Bonifacia. Solo una diferencia: Santa Teresa nunca quiso fundar en Zamora. Bonifacia fue expulsada de Salamanca y sembró su vocación en Zamora, donde fue manantial de vida. Aún así, preciosa coincidencia y bellísima reflexión. Guardaré la foto con todo el cariño del mundo.

Un abrazo.

Lucano dijo...

Félix, sin duda adelantadas y con visión de futuro. Mujeres de armas tomar, pero de esas armas que siembran el bien.

Lola, a mí me ha encantado encontrarte hoy casualmente. ¡Qué reliquias más curiosas conservas!

Alberto, no fueron profetas, o profetisas, en su tierra, pero hoy ya son de todos. Incomprendidas, apartadas, perseguidas, pero siempre en la cercanía del Señor, que les bastaba.

Alberto dijo...

Eso es lo principal. Solo Dios basta.

Un abrazo.

Ana Pedrero dijo...

Preciosa la imagen y preciosa la conexión entre estas dos mujeres. La madre Bonifacia se refugió en Zamora y allí fundó otros patios, otras casas de paz. Y hoy se sientan con nosotros en este patio que ya no existe, o que existe para siempre mientras existan Lucanos que nos lo recuerden.
Un beso.

Lucano dijo...

Casas de Paz y Bien, Ana, que entre todos hemos de seguir recordando, en nuestro patio de vecindad y amistad.

CNTRPLT dijo...

Gracias por tu felicitación, Tomás. Fue la primera, por supuesto.

Me siento honrada por llevar el nombre de una santa que fue un ejemplo de mujer avanzada a su época y que removió muchas conciencias, aún hoy lo hace.

Gracias Lola por acordarte tú también, lo celebré viendo "Quemar después de leer", sencillamente genial y desternillante.

Un beso. María Teresa.

Lucano dijo...

Y muy bonito nombre. Ahora estoy en la consulta de pediatría y coméntabamos que se ponía menos a las niñas, como tampoco se las pone Carmen o Pilar, mientras proliferan las Evelyns, Zaidas y Aminas, y no me refiero a las familias de inmigrantes. Cuestión de gustos y modas, supongo.