
Ten´´ia que ser precisamente ella: pronto se ha revelado la rebelde. En efecto, me refiero a la insurrecta tecla de las tildes, que se dobla sin venir a cuento. Desconozco si tiene arreglo sencillo, pulsando alguna otra tecla, comandos, funciones y/o secretos que me esconden estos misteriosos artilugios. Es posible que no, y que, como pensamos, mañana haya que adquirir un nuevo teclado en el que distingamos la
n junto a la
m y la
b junto a la
v, donde la
T de mi nombre no se limite a un escueto esbozo de raya y la
R se defina por trazos resueltos en lugar de una borrosa escuadra, donde la
O no haya que imaginarla. Dar con la tecla es todo un reto. Pensar. Inspirarse. Acertar. No siempre se consigue poner el acento donde corresponde, pisar en suelo firme o decir la palabra adecuada. No siempre se encuentran el momento oportuno y el sitio propicio. No siempre sobrevivo tantos renglones sin teclear mis queridas esdr´´ujulas. ¡Volved!
Apostilla (15-Dic-08, 23:54). ¿A qué no es normal que en un documento de Word (al que he recurrido) o charlando en el Messenger pueda poner las tildes y al escribir aquí se repita el problema que motivó mi pasado comentario y que ahora ya sólo afecta, momentáneamente, a esta página, al buscador de Google o al de Youtube? En definitiva, un misterio el del teclado, así que algún entendido en la materia me dé una explicación o calle para siempre.
8 comentarios:
Es cierto, Lucano. A veces nos empeñamos en poner el acento en la sílaba incorrecta, a pesar de que insistamos pues sabemos de su validez, y es el entorno el que nos obliga a hacer el énfasis en lo que, a pesar de su incorrección manifiesta, es aceptado como lo absolutamente verdadero.
Que arte tienes para dedicarle un artículo a tu teclado estropeado. Hay que echarle talento :) Cuando recibí tu e-mail pensé que me estabas imitando con mi extraña forma de hablar que las muelas me han regalado. jajajajja
Un fuerte abrazo, Tomás.
Félix, ahora mismo acudo a la cita que ya tenía programada para el 12-D, cabo de año de nuestro querido Luis Santos.
Alberto, luego comprobaré qué habla te han dejado y veremos si es imitable, jeje.
Bueno, ya veis que el teclado de Zamora no se ha sublevado; sólo el salmantino.
Si es que los salmantinos os revolvéis con cualquier cosita....
Un beso, hombre de doble tilde. :)
¿Tan revoltosos somos los charros? Puede ser ;-)
menudo mareo, creo que volveré a mi máquina de escribir de mi padre.
Será cosa de un virus de los que conozco todavía menos, porque ahora, de pronto, sí puedo acentuar a placer... Bienvenida, Vanity.
Digo... bienvenido.
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