miércoles, 24 de junio de 2009

El sol nos dice que llegó el final

Los dos junios anteriores me mostré hostil en vuestros monitores trayendo fuego: en 2007 y en 2008. Este año, coincidiendo con el solsticio que a tantos enloquece, traigo fuego otra vez, y lo hago con el propósito inalcanzable de conjurar y extinguir la hoguera de esta noche médico-mágico-trágica. Pero sé que no. Sé que resulta inolvidable el primer quemado grave, y más siendo un niño. Aun teniendo recentísima la sesión clínica de quemaduras, preparada y pendiente de exponer, las crudas imágenes son ampliamente superadas por esas mismas imágenes en movimiento, aderezadas con un indisimulable dolor y un incesante llanto. De fondo, la histeria. Al fondo, la imprudencia. Sin fondo, la desgracia. En La Paz cuidarán de él, incluso Pilar quizá coopere a mitigar su padecimiento, y se pondrá bueno. Yo me quedaré para siempre con el recuerdo de su piel castigada y de su rabia incontenible. Ojalá que el próximo año, por estas fechas, le atienda por la típica torcedura de tobillo jugando a la pelota o al salir de la piscina. Que, aunque para mí sea guardia, para todos sea Fiesta, y el sol nos diga que llegó el final sin que tengamos que pedirle cuentas a la luna.

5 comentarios:

Alberto dijo...

Una noche de imprudencias... de la chavalería que no le tiene miedo ni al fuego, de los padres que no estaban, de la policia y los bomberos que o charlaban amistosamente o no estaban... Una noche que seguramente sea la última de las hogueras. Ayer el pueblo sentenció reunido en corrillo solemne: unos señalaban a los padres, otros a la policia, pero al final el niño lloraba, los padres gritaban, la hermana chillaba...

Lucano dijo...

Una hoguera de irresponsabilidades. A mí tampoco se me olvidará este San Juan.

Félix dijo...

Es lo que tiene no creer en la magia, que uno sólo ve la irresponsabilidad de los responsables. Quizá si creyese, podría culpar a la luna o a los hados o al destino...
Cordialmente,
Félix

CNTRPLT dijo...

Pero, ¿qué hace un niño de diez años saltando por encima de una pira? ¿Es consciente del peligro que entraña? ¿O acaso quería emular a Juana de Arco?

Si los padres hubieran estado más pendientes, hoy no se estarían lamentando en Madrid. Aunque puede que le dijeran: "anda, ve a jugar por ahí que los papis están con unos amigos". ¡Pobres criaturas dejadas a su libre albedrío!

Espero que las dos guardias que te quedan antes de ver el mar sean menos impactantes para la vista.


Un beso, te quiero.

P.D.: Esdrujulófilo empedernido.

Lucano dijo...

Esta guardia, de momento, no me deja recuerdos tan marcados, aunque la conversación que tuve hace unas horas con un paciente es de ésas raras, raras, raras... Ay la mente humana y sus misterios...

TQ esdrújulamente ;-)