domingo, 7 de junio de 2009

Europa de reencuentros

Yo, Sucesor de Pedro en la Sede de Roma, una Sede que Cristo quiso colocar en Europa y que ama por su esfuerzo en la difusión del cristianismo en todo el mundo. Yo, Obispo de Roma y Pastor de la Iglesia universal, desde Santiago, te lanzo, vieja Europa, un grito lleno de amor: Vuelve a encontrarte. Sé tú misma. Descubre tus orígenes. Aviva tus raíces. Revive aquellos valores auténticos que hicieron gloriosa tu historia y benéfica tu presencia en los demás continentes. Reconstruye tu unidad espiritual, en un clima de pleno respeto a las otras religiones y a las genuinas libertades. Da al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. No te enorgullezcas por tus conquistas hasta olvidar sus posibles consecuencias negativas. No te deprimas por la pérdida cuantitativa de tu grandeza en el mundo o por las crisis sociales y culturales que te afectan ahora. Tú puedes ser todavía faro de civilización y estímulo de progreso para el mundo. Los demás continentes te miran y esperan también de ti la misma respuesta que Santiago dio a Cristo: "Lo puedo". (Del discurso de Juan Pablo II en Santiago de Compostela, el 9 de noviembre de 1982).
Texto completo del discurso aquí.

2 comentarios:

CNTRPLT dijo...

El color y los motivos que aparecen en la bandera de la Unión Europea son muy elocuentes, ¿homenaje a María en su advocación de Inmaculada, tal vez?

Seguro que otros apuntarán a los astros, la estación espacial europea o vete tú a saber qué cosas para explicar las doce estrellas sobre fondo azul...

Un beso.TQ!

Lucano dijo...

Enseña mariana, sin duda, evocando a la mujer vestida de sol del Apocalipsis. El más bello estandarte que Europa podría enarbolar.