martes, 10 de noviembre de 2009

La imperfecta arquitectura de la felicidad

Quinientos días resumidos en hora y media, e incluso condensados en los dos minutos y medio que traigo aquí. La de Summer y Tom "es una historia de chico conoce a chica pero no es una historia de amor". Muy adecuada la advertencia inicial, que la sucesión de fotogramas confirma en su cadena de días dulces y amargos, hasta quinientos, del cero al infinito y sin final feliz. Es lo que tiene ser arquitecto y dedicarte a parir falaces mensajes de felicitación, que la arquitectura de la felicidad te resulta una imposible asignatura pendiente para septiembre, cuando el verano termina y se agrían los besos hasta extinguirse. Siempre nos quedará el no menos seductor otoño.

6 comentarios:

Félix dijo...

Quinientos días dan para pasar por las cuatro estaciones e, incluso, repetir alguna de ellas. Tiempo suficiente para que el final sea feliz, aunque no sea el esperado.
Cordialmente,
Félix

Lucano dijo...

Creo que Tom vivió unas estaciones distorsionadas, según Summer era o no era. Y al final llegó Autumn, en primavera quizá.

CNTRPLT dijo...

Es una película muy recomendable con un muy creíble argumento y ua puesta en escena muy acertada.

Creo que casi todo el mundo se puede identificar con Tomo con Summer, o incluso con ambos.

Id a verla, merece la pena.

Lucano dijo...

Suscribo la recomendación. Todos hemos sido alguna vez un Tom o una Summer confundidos por los sentimientos... pero con una luz otoñal y hermosa al final del túnel.

Alberto dijo...

Apunto, apunto, a ver si me llevo al cine al anti-violencia jajajjaja

Un abrazo.

Lucano dijo...

Eso, eso, que hay pocos títulos aceptables para él y quizá éste lo tolere sin pesadillas ;-)