miércoles, 4 de noviembre de 2009

Minutos de mísera fama

Tengo la, creo que buena costumbre, de seguir las noticias por la radio, música de fondo que salpica las cosas de casa con las cosas del mundo, sin necesidad de apoltronarme en el sofá ni fijar la mirada. Pero hoy, circunstancialmente, se han cruzado en mi camino Mamen Mendizábal, Matías Prats y algún otro telediarista. Con ellos, dos que ya son como de mi familia: José Diego, un residente de psiquiatría de la Universitaria de Navarra, autor de un truculento asesinato en noche sanferminera, y Moisés, un niño obeso de Orense que la Fiscalía reclama para un centro donde tratarle y los padres para sí. Hasta por triplicado me han hablado de ellos Mamen, Matías y compañía. Del primero, me sigue asqueando la obsesión de este país, o al menos eso parece, por los sucesos. ¿Son necesarios tantos detalles? ¿Recreación de los hechos con el criminal en su papel? ¿Extractos largos de declaraciones? ¿Aspectos íntimos? Es sólo un ejemplo. Muchos hubo, muchos habrá y no cambiaremos, pero no le encuentro la intención disuasoria a este tipo de periodismo, sino que más bien me resulta amarillismo puro... o impuro. A Moisés, el salvado de las aguas del Nilo, le quieren "salvar" de la muerte y de sus padres. Su endocrino dice que está mejor que estaba y que se compromete a supervisarle con más insistencia, pero sin sacar al niño del entorno familiar. Los padres se lamentan. La Fiscalía se empeña. El niño, imagino, sufre. ¿Y los menores que fuman, que beben, que se chutan? ¿Y las anoréxicas? ¿Y los violentos? ¿Y el lamentable hecho de que el lugar más inseguro para una persona en esta nación es el seno de su madre? Al cabo de las noticias de Moisés, la anécdota de los kilos y el tira y afloja de las partes, pero no un debate sobre la paternidad responsable ni tampoco sobre el discutible papel paternalista del Estado. Acaba el "informativo", José y Moisés han sido protagonistas de unos cuantos minutos de mísera fama, luego llegarán los habituales de gloria para algún futbolista millonario y lesionado, el tiempo (a ver si llueve o escampa), el "prime time" para seguir educando a la ciudadanía y a la cama, que mañana es día de escuela y serán otros los argumentos "informativos". Buenas noches y buena suerte.

7 comentarios:

Alfonso Carlos dijo...

Que gran reflexion Don Tomas. No puedo por mas que estar en total acuerdo contigo. Pensaba escribir un post en esta linea pero ya lo has dicho todo.

un abrazo y gran post

Félix dijo...

Cierto, Lucano. Somos como las larvas de la moscarda, siempre alimentándonos de carroña. Y algunos capaces de vender su propia vida por unos minutos de gloria equívoca.
Cordialmente,
Félix

El bollus dijo...

¿Y si volvieramos a los tiempos del NODO y de El Caso?¿Y si eliminaramos los sucesos del telediario? A lo mejor la gente se engancha con la crisis, la subida del IVA y que los políticos se comen nuestra subida de impuestos. Si yo fuera político, seguiría hablando de asesinatos, pestes y futbol.

Yo no me explico muy bien, pero si queréis algo mejor explicado, ver "V de Vendeta".

davidiego dijo...

que la gente engorde como malas bestias, que se chuten, que los maleduquen, que beban alcohol de quemar... pero que el Estado, en mi nombre, les advierta que no lo pienso atender con fondos públicos de cirugía bariátrica, ni prótesis, ni transplantes, ni rehabilitación, ni hospitalización por cualquier proceso menor en otra persona...

la gente, necesita, necesitamos, un reseteado total y volvernos a educar.

por cierto Lucano, pásate por http://pelladegofio.blogspot.com/

;)

Lucano dijo...

Me apunto la película y el blog del Dr. Bonis. Y hoy no me toca Telediario.

Anónimo dijo...

Esta reflexión daría para mucho, aunque al final, siempre acabo pensando lo mismo... La televisión, en general, acaba siendo un negocio más, y desgraciadamente ponen lo que demandamos... o, al menos, demandamos lo que ponen... Y aunque esto no dependa de nosotros, sí que hay una decisión en nuestras manos, y es hasta qué punto queremos ser testigos de todo esto. El mando a distancia queda para la tele, pero no es el mismo que modela nuestra vida ni nuestro tiempo; y éste último, por suerte, lo pulsamos nosotros...
Saludos
CRISTINA

Lucano dijo...

Sí, Cristina, aunque me temo que algunos, por aquello de simplificar, por pereza, por hastío, se quedan sólo con un mando... y a tremenda distancia de la realidad, donde ya ningún mando manda nada. Un beso.