martes, 19 de enero de 2010

Lágrimas

No es la primera, ni la segunda, ni la quinta vez que un paciente se echa a llorar en la consulta, y no sabes muy bien si la palabra o la mirada que puedes ofrecerle servirán de consuelo, pero estos días últimos, en la consulta de María, alguno que otro se ha desahogado y me ha sobrecogido. Son lágrimas vertidas en confianza, fruto amargo de soledades y distancias, de padres que entierran a hijos rompiendo el ciclo natural, de enfermedades que el cielo gris y la lluvia agravan más si cabe. Esas lágrimas que surcan rostros arrugados y excavan la piel con su lento fluir dan lecciones magistrales de lo que es el dolor duro de roer, cuando curar no se puede y aliviar es difícil. El que llora busca que el médico le conforte, haciendo de la consulta un refugio que no por momentáneo deja de ayudarle. Lágrimas con nombre que se derraman en ese modesto santuario de intimidad. Lágrimas.

4 comentarios:

El bollus dijo...

La vida es linda, lo malo es que muchos confunden lindo con fácil (Mafalda)

Félix dijo...

¡Cuántas veces uno quiere llorar y no puede!
¿Será que no alcanza a ese dolor?
¿Será que el dolor sobrepasa a las lágrimas?
Bendita consulta en la que, además de nuestros males, podemos dejar nuestras lágrimas. Que muchas veces sanan más que cualquier otra atención. Y eso creo que no lo enseñan en la facultad.
Cordialmente,
Félix

Alberto dijo...

Llorar limpia el alma, alivia aunque solo sea un poco el alma. Dejar brotar el dolor nos hace más humanos a todos.

Lucano dijo...

Mafalda es certera como pocos, Bollus.

Félix, hay conocimientos y habilidades que exceden el Plan Bolonia. Propongo como alternativa el Plan Villamor.

Alberto, humanidad de la que a menudo parece que hay que avergonzarse, con lo hermosa que es. Y el alma hay que cuidarla, desde luego.