
Cada enero, desde hace once años, mi redonda parroquia de San Marcos acoge las veinticuatro horas de Oración por la Paz. Un día con nombre propio y con clara intención. Dentro de un rato el románico círculo de la Puerta Zamora, pacífico epicentro de citas y paseos para los salmantinos, mirará a otro epicentro más belicoso, el de la tierra rebelada en Haití, el de la injusticia que ahora es mirada con la lupa de los telediarios y las portadas. Pero siempre estuvo allí. Antes de que la tierra se rebelara. Antes de que reparásemos en ellos ya habían empezado a morir. Descansen en la Paz que sólo Dios puede darles.
2 comentarios:
Exquisito momento de oración e inigiualable motivo, tan urgente, tan necesario.
PD: Solo diría que las pancartas y el románico no casan... jajajaja
Cierto, cierto. Gracias por venir, por desplazarte desde Zamora. Un abrazo.
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