viernes, 19 de febrero de 2010

Primer viernes: promesa y destino

Aquel primer viernes fue así, y así debieran ser todos, sustentandos en la Luz que prevalece y en la Vida que acaba triunfando: una promesa fiable, un destino seguro. Surcando calles que serán el lugar de los hechos de la mano de Félix. Reflexionando en el oasis fabricado por un farol que enciende Alberto. Recopilando palabras e imágenes que conforman el mosaico de Lignum Crucis, ya el décimo. Confeccionando nóminas de insignias y apuntando a sus portadores, enviando cartas de bienvenida y transformando las cartas en abrazos, recorriendo estaciones dolorosas y cayendo tres veces hasta levantarnos. Promesa y destino otra Cuaresma.

6 comentarios:

Alberto dijo...

Otra Cuaresma, otra llamada a la conversión, al silencio, al recogimiento... con la que está cayendo, Dios mío, ojalá podamos podamos vivir un desierto así.

Un abrazo.

Lucano dijo...

Algunos nos tenemos que "inventar" el desierto en medio de un atasco de reuniones y preparativos, a claxonazo limpio, imaginando silencios. ¡Suerte!

Félix dijo...

Cuarenta días, cuarenta noches, cuarenta calles, cuarenta páginas recien escritas. Cuaresma con pasado y futuro. Orden en el desconcierto para organizar imposibles. Casi es Semana Santa.
Cordialmente,
Félix

Lucano dijo...

Casi, casi. Todos me lo dicen: "Ya estaréis preparando, ya estaréis liados, ya os queda poco". Ya, ya, ya... Si supieran ;-)

Lola dijo...

Hola Tomás

Un año más. Proceso interior de reflexión muy necesario en estos tiempos.
Nos encontraremos el día menos pensado en alguna cosilla cuaresmal.
Un fuerte abrazo.

Lucano dijo...

No lo dudes, Lola, aunque la Cuaresma cofrade a veces más bien parece la operación "Tormenta del Desierto" ;-)