
Aquel primer viernes fue
así, y así debieran ser todos, sustentandos en la Luz que prevalece y en la Vida que acaba triunfando: una promesa fiable, un destino seguro. Surcando calles que serán el lugar de los hechos de la mano de Félix. Reflexionando en el oasis fabricado por un farol que enciende Alberto. Recopilando palabras e imágenes que conforman el mosaico de
Lignum Crucis, ya el décimo. Confeccionando nóminas de insignias y apuntando a sus portadores, enviando cartas de bienvenida y transformando las cartas en abrazos, recorriendo estaciones dolorosas y cayendo tres veces hasta levantarnos. Promesa y destino otra Cuaresma.
6 comentarios:
Otra Cuaresma, otra llamada a la conversión, al silencio, al recogimiento... con la que está cayendo, Dios mío, ojalá podamos podamos vivir un desierto así.
Un abrazo.
Algunos nos tenemos que "inventar" el desierto en medio de un atasco de reuniones y preparativos, a claxonazo limpio, imaginando silencios. ¡Suerte!
Cuarenta días, cuarenta noches, cuarenta calles, cuarenta páginas recien escritas. Cuaresma con pasado y futuro. Orden en el desconcierto para organizar imposibles. Casi es Semana Santa.
Cordialmente,
Félix
Casi, casi. Todos me lo dicen: "Ya estaréis preparando, ya estaréis liados, ya os queda poco". Ya, ya, ya... Si supieran ;-)
Hola Tomás
Un año más. Proceso interior de reflexión muy necesario en estos tiempos.
Nos encontraremos el día menos pensado en alguna cosilla cuaresmal.
Un fuerte abrazo.
No lo dudes, Lola, aunque la Cuaresma cofrade a veces más bien parece la operación "Tormenta del Desierto" ;-)
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