
Si tuviera que señalar mi género cinematográfico favorito me decantaría por el bélico de la Segunda Guerra Mundial. Entre los títulos que siempre recuerdo figuran muchos que tienen por escenario el de los campos de batalla de los primeros años cuarenta: desde películas recurrentes en mi infancia y adolescencia (si tuve de eso) como
"La gran evasión",
"Los doce del patíbulo" o
"Los violentos de Kelly", hasta otras más recientes que ya han tenido hueco en estos días nombrados también al son del proyector:
Expiación,
Falsificadores,
Flame&Citron. Ayer era una tarde de otoño cuyos caminos conducen a Valor y a Van Dyck, así que María y yo no renunciamos a ninguna de las dos estaciones de destino. La segunda era como aquella cercana al Stalag Luft III del que escaparon mis héroes aviadores, una estación donde todos se encontraban porque todos habían perdido su tren. En
"Malditos bastardos" todos pierden su tren y cuando creen que otro llega para ponerlos a salvo pronto descubren que se trata de un cruel espejismo. La guerra debe ser así, algo que aspiro a nunca corroborar. Una guerra que deja marca indeleble si no mata. Una guerra delirante. Una guerra atroz. Una guerra
así, a golpe de insulto y de cuchillo, en la que el hombre se endiosa hasta demonizarse, y se deshumaniza a cada hora que pasa. Una guerra de enajenados, en la que las guapas apuntan y disparan y los locos llevan el timón de la nave, inevitablemente a la deriva. Sin pena ni gloria, como todas las guerras. Una guerra de anteayer, sin barniz de leyenda todavía, aún maldita y bastarda.
5 comentarios:
Malditos bastardos... los que adoran la violencia sin otro sentido ni valor que la violencia. No he visto la película, pero este director nunca me gustó. Kill Bill me resultó un monumento a la violencia estúpida maquillada de humor, a la venganza sin cortapisas ni reflexión. Esta película no sé que tal estará, pero de momento no está en mi agenda.
Un abrazo.
te has adelantado Dr Lucano, aunque yo la veré por menos dinero el miércoles, y tendré para churros con el chocolate...
qué pena que se acabó el verano.
Es la primera que veo de Tarantino, más atraído por el contexto histórico que por su trayectoria. En algún momento aparté la vista de la pantalla, pero aún así la recomiendo. Por desgracia, me temo que la realidad de entonces superó a la ficción de anoche.
Dr. Diego, te envidiaré el miércoles, pues yo estaré donde nos vimos por última vez ;-)
¡Qué grande es Tarnatino! A mí, la violencia por la violencia no me motiva, pero en una de guerra es lo propio, si no, no es guerra. la que más me ha gustado de su filmografía tras la grandísima "Pulp Fiction".
¡Qué grandes los actores! Y Brad que mejora sus interpretaciones con el paso de los años...
Entiendo que Tarantino no es apto para todos los públicos, hay que ver muuuucho cine suyo antes.
Yo me quedo con la interpretación de Christoph Waltz en su papel de nazi tan cínico como fanático. Seguiremos compartiendo sesiones, CNTRPLT.
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